12🥀 | 15 y 21 de Octubre

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Ninguno de los dos sabe que decir tras lo ocurrido, así que decidimos hacer el viaje de vuelta a la universidad en completo silencio

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Ninguno de los dos sabe que decir tras lo ocurrido, así que decidimos hacer el viaje de vuelta a la universidad en completo silencio.

Por suerte, regresamos al campus antes de que cierren las puertas principales que dan acceso a las residencias.

Nathan detiene su moto en el aparcamiento y no hace falta que me indique que ya puedo bajarme ya que, en cuanto apaga el motor, soy la primera en hacerlo con bastante prisa.

Me quito el casco y se lo doy sin apenas darle tiempo a pensar. Mientras él se encarga de guardarlo junto al suyo en el maletero de la moto, aprovecho para pasarme los dedos por mi cabello para peinarlo.

—Nathan... —Comienzo a ponerme nerviosa en cuanto nuestras miradas se encuentran, pero es el momento, tengo que dejarle claras las cosas—. No sé cómo decir esto, pero creo que estamos de acuerdo en que nos hemos dejado llevar y que este beso no significa nada, al menos para mí. No estoy buscando involucrarme con nadie en este momento.

«No porque no me gustes, sino porque mi corazón está ocupado por otra persona todavía», pienso para mis adentros.

Tengo que admitir que al principio no me había fijado mucho en Nathan porque empezamos con mal pie y no quería involucrarme con alguien como él, pero últimamente nuestra relación ha tomado un rumbo diferente y si no lo detengo va a ir a más y eso me da miedo.

No estoy preparada para acercarme a nadie todavía, sentimentalmente hablando.

—Claro, tienes razón. Siento mucho haberme lanzado, no he pensado con claridad y he actuado por impulso —dice, sorprendiéndome completamente—. No volverá a pasar.

—No te preocupes, está todo bien —le respondo, para tranquilizarlo y dejarle claro que no pasa nada.

Caminamos de nuevo en silencio hasta la puerta de la residencia. Nos detenemos y Nathan se despide de mí, dispuesto a irse, pero mi voz le detiene.

—Nathan —Le llamo y levanta la mirada del suelo para observarme—. ¿Te puedo hacer una pregunta?

Él asiente.

—¿Qué hacías exactamente aquí hoy? Por lo que tengo entendido tú vives en la fraternidad del equipo de boxeo.

Se remueve el pelo nervioso y se lo piensa bien antes de responder a mi pregunta.

—He venido a ver a mi hermano.

Al escuchar el nombre de Ben ya me cuadra todo, porque la habitación de su hermano está en el primer piso de la residencia, junto al resto de habitaciones masculinas, y por eso me he encontrado con él en el pasillo de esa planta.

—¿Te marchas andando? Te dejas la moto aquí... —Le aviso, señalando el aparcamiento de la residencia, donde hemos estado hace apenas unos segundos.

—No te preocupes por mí, mañana vendré a recogerla —me responde antes de dar media vuelta y esta vez sí que se marcha, dejándome con una sensación extraña en el cuerpo.

Otra oportunidad para el amor | Bilogía Otra oportunidad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora