Bajamos en la misma parada que la otra vez, y volvimos a esperar en la cola a que dijeran nuestros nombres.
Entramos, pedimos nuestras bebidas y bailamos como la otra noche, pero yo siempre tuve un ojo en el resto de la gente, buscando al chico de mi sueño.
Pedí más y más vasos de la mezcla azul, porque no podría decir qué llevaba, hasta que mis extremidades hormiguearon.
-Terra.-Me zarandeó Noah.- Tienes que dejar de beber.- Me dio una pequeña toba para que reaccionara.-¿Vale?
Asentí.
Volvimos a la pista y bailamos, hasta que lo vi entre la multitud.
-¡Noah!-Grité.-¡Es el chico del otro día!
-¿Qué?
Parece que en cuanto parpadeé, dejó de estar ahí.Pensé que esto y lo del otro día habían sido imaginaciones mías.
Dejé de lado esos pensamientos y me limité a bailar con Noah.
Me sentía bien, cuando pasaba sus manos por mi espalda, cuando me miraba con los ojos vidriosos.
Me sentía mimada.
Y no me molestaba para nada que fuera Noah quien me mimase.
Poco a poco su boca fue despegándose de mi cuello y pasó a mis labios, besándolos suavemente. Fui yo la que se acercó más y profundizó el beso, abrazándolo y arañándole la espalda.
Nos separamos y jadeé.
-Terra, yo no...
-Yo sí.
Cogí a Noah de la mano y salí de la discoteca.
El autobús tardó apenas 10 minutos en llegar, y nos subimos. Hicimos el camino en silencio, y llegamos a la parada más cercana a su casa.
El autobús arrancó, moviendo el viento y haciendo que una corriente de aire alborotara mi pelo. Me acerqué a Noah y lo besé, poniéndome de puntillas para hacerlo.
Lo miré a los ojos atentamente, y él, sin cambiar el semblante ni una vez, anduvo conmigo hasta su casa.
La casa de Noah es un chalé grande, con un jardín delantero enorme, y uno trasero con una piscina.
Sus padres compensan toda la mierda con dinero.
Noah y yo entramos en el jardín trasero y miramos la piscina.
-¿Te apetece darte un baño?
Negué con la cabeza.
Lo que hice fue acercarme a él y quitarme el vestido, por encima de los hombros, con algo de dificultad.
Noté como Noah tragaba saliva.
-¿Has cambiado de opinión?
Volví a negar con la cabeza y sonreí, como él.
Noah se quitó la ropa también y seguimos besándonos.
-Terra.
-Mhm.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto?-Me preguntó.
En lugar de decir que si, lo empujé a un colchón cuadrado que había alrededor de la piscina y me coloqué a horcajadas sobre él.No recuerdo sentir dolor. Al menos ninguno muy fuerte, o tan fuerte como para recordarlo. ¿Estaba en ese entonces enamorada de Noah? No, no lo estaba. Pero no me arrepiento de haberlo hecho.
Si hay algo de lo que no me arrepiento, es de que el primero fuera Noah.
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Mirrors.
Romance"Estoy completamente segura de que ese es el chico que aparece en mis sueños."