Mirrors.

4.

Estaba sentada, intentando con todas mis fuerzas no dormirme mientras la profesora de filosofía nos hablaba de Nietzsche.
Cuando la hora terminó me dolía la muñeca de apoyar la cabeza, y mis piernas estaban entumecidas.
Salí del aula y caminé por los pasillos hasta que por fin di con mi taquilla.

Suspiré.

No sabía cómo cambiaría los libros sin que Noah me ayudara, y hoy no le había visto por ninguna parte.
Me resigné y me dirigí a mi siguiente clase.
Matemáticas.
Decidí saltármela, no me apetecía nada sentarme con Jade.

Salí al campo de atletismo y me senté en el césped, mirando al cielo.

No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando quise darme cuenta, Noah estaba tumbado a mi lado.
-¿Qué haces aquí?
-No quería compartir libro con Jade.
-¿Quién es Jade?-Me preguntó, curioso.
-La chica que estaba conmigo en clase el otro día.-Me levanté.- La que te dije que quería una cita contigo.
-¡Ah, esa!- Rió.- Parecía simpática.
Idiota.
-Bueno, no lo es. Nunca me ha hablado para nada que no tenga que ver contigo.
Noah hizo un puchero, y me di la vuelta para dejarle atrás y llegar a tiempo a clase de literatura.
Sabía que él estaba siguiéndome, así que cuando iba a entrar a la última clase del día, le pedí que me esperara fuera.

--

Recogí mis cosas y salí fuera, caminando rápido hacia mi taquilla.
-Hey, Terra.- Me saludó Noah, que estaba apoyado en la pared.
Me acerqué a él y le di mis libros para que los metiera en mi cubículo.
-¿Haces algo mañana?- Le dije.
Noah saludó a un grupo de chicas que pasaron a nuestro lado, que en seguida rieron nerviosas.
-¿Me propones una cita?-Me miró.
-Sabes que no.-Sonreí.- Pero quiero ir a la discoteca de la otra noche.

Noah no daba crédito a lo que acababa de decirle.

-¿De veras?
-Por supuesto que sí.
-Entonces voy a hacer unas llamadas.- Dijo Noah, feliz, y marcó los 9 números en su teléfono.