Antígona
El amor es un sentimiento que vuelve ignorantes a los humanos. Nos aleja de la realidad y creemos que todo es felicidad; al momento de abrir los ojos nos damos cuenta de que el amor es nada más una fantasía que hace que dudemos de quiénes somos. Sin embargo, el amor es nuestra madre y el ser humano su maizal.
Shinji Ikari el niño idiota, el sumiso, el pelele como le decía su prima Asuka no era para nada feliz. Vivía en una intensa monotonía en la secundaria y era un total inepto para socializar con los demás ya que ni siquiera podía decirle a la chica que le gustaba Rei Ayanami de que si quería salir con él. Algo le atraía de aquella extraña muchacha; quizás porque siempre estaba sola quizás porque al igual que él no hablaba a menos de que le dirigieran la palaba o tal vez porque era la alumna más aventajada del curso con una inteligencia brillante, despierta y perceptiva. Sin duda toda una Musa en cuanto a todo, una musa que él deseaba conocer más a fondo.
Shinji por otra parte era el objeto favorito de golpeo de su prima Asuka quien se divertía humillándolo y maltratándolo aunque debido a las circunstancias Shinji tuvo su primera vez con Asuka, cosa que lo asqueo demasiado tanto así que estuvo toda una larga semana sin ir a la escuela. Su prima Asuka lo quería y lo odiaba al mismo tiempo desde que llegó a vivir con la tía Misato la relación con Shinji no fue para nada amena. La razón por la que Asuka se fue a vivir con la tía Misato fue porque sus padres tuvieron un accidente en el cual ambos murieron. Shinji por otra parte siendo huérfano de madre a los seis años, solo tenía a su padre que era el director de su escuela pero como el padre de Shinji no quería hacerse cargo de él, dejó la custodia al medio-hermana de su madre, Misato. Misato no era una buena tutora, era demasiado hiperactiva, histérica y extrovertida, quizás demasiado, además de que cada tercer día se le veía con un nuevo novio.
Esa tarde Shinji se preparaba para regresar a casa y dar una última mirada a Ayanami quien estaba empacando a sus cosas con su clásica mirada taciturna. Shinji dio un tremendo suspiro y salió del salón. Shinji caminaba tranquilamente mientras observaba el crepúsculo que ahora estaba más hermoso que lo normal. Shinji se detuvo y fue a un lote baldío para observar mejor el atardecer, le gustaba tanto mirarlos que incluso se propuso a escribir un diario de todos los atardeceres que había visto. Este ocaso era el número 24 que veía sacó su libreta y comenzó a notar. En un descuido el lápiz que llevaba se le cayó de la mano, para desgracia del pobre de Shinji era el único que llevaba por lo que sintió mucho coraje al no anotar el atardecer pues era el más hermoso que había visto en sus catorce años de vida. Shinji resignado guardo su liberta y se dispuso a irse ya estaba guardando sus cosas cuando oyó que alguien le gritaba.
- Hey! Grito.
Shinji se dio la vuelta y su corazón dio un brinco. Un muchacho más o menos de su misma edad quizás un poco más grande se acercaba a él. Caminaba con paso despreocupado mientras tarareaba el himno de la alegría y sostenía el lápiz de Shinji con su mano pálida. Al acercarse más a él Shinji se percató de lo atractivo que era; tenía el cabello gris, los ojos de una tonalidad roja y era desgarbado. Shinji se quedó embobado viendo su belleza, tanto así que no noto que el muchacho de cabellos grises le hablaba.
- ¿es tuyo? Pregunto con una sonrisa. Mientras le enseñaba el lápiz.
- ¿eh? Ah... sí, sí. Titubeo Shinji. Mientras levantaba la mano para agarrar aquel diminuto lápiz.
Por un breve momento ambos muchachos estuvieron en absoluto silencio, el muchacho de cabellos grises lo rompió.
- Son hermosos ¿no?
- ¿Eh? Pregunto.
- Los atardeceres.
- Sí dijo él.

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Antígona
RomanceEstá es mi primer historia de Eva, aun no sé cómo concluirla. La subiré y a ver qué pasa. No diré nada más. Es un triángulo amoroso entre Shinji, Rei y Kaworu.