Capitulo 12: Llorando sobre fuego (parte 2)

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Parte 2: Sobre el calor de la batalla

Rubí se levanto del suelo con esfuerzo, sus brazos temblaban mientras se apoyaba sobre ellos, rasguños, heridas y moretones cubrían su piel roja, se encontraba aturdida por la ola de patadas que recibió sobre su cuerpo de parte de Labradorita, mismas que la arrojaron hacia atrás con tanta fuerza que impacto contra una de las duras montañas que rodeaban el campo de batalla: el Kindergarten. La furia desbordaba por todo su ser, consumida por el deseo intrínseco de salvar a su amada de las manos de esas gemas extrañas. Rugidos y gemidos salían de su boca, sus dientes rechinaban, apretaba fuertemente sus puños a sus costados, humo y vapor salían expedidos de su cuerpo a causa de la rabia y la desesperación que sobrecogía la batalla.

Mientras Ónix se encontraba luchando dentro de sí mismo gracias a las ilusiones de Topacio, Rubí había luchado ferozmente contra Labradorita en una pelea de todo o nada. Ambos combatientes habían recibido bastante castigo, pero sobretodo la gema roja, quien había encontrado en su oponente más que un fiero guerrero, un loco desquiciado con hambre de muerte y destrucción cuya constante sonrisa revelaba su enfermo estado.

- Eres demasiado persistente pequeña enana, – dijo Labradorita mientras se acercaba con una vil sonrisa, su manía se reflejaba en sus ojos secos y tortuosos – la otra también fue una molestia, como una araña en el trasero, son tan graciosas.

- ¡No te refieras... así a ella...! – Rubí se reincorporo por completo, tambaleándose antes de quedar completamente de pie

- ¡JAJAJA! Me alegra que te hayas levantado.

Labradorita cargo contra Rubí una vez más impulsándose hacia delante con tanta fuerza que rompió el suelo que pisaba. La gema roja apenas tuvo tiempo de cubrirse antes de que más de las terribles patadas de su oponente llegasen a lastimarla. En una oportunidad, Rubí tomo la pierna de Labradorita quemándole al tacto, tumbo a su oponente y comenzó a golpearlo sin objetivo claro, los golpes acertaban en diferentes zonas de la gema naranja. Valiéndose de sus hábiles piernas, Labradorita tomo el cuello de Rubí, apretándola de tal forma que sentía como se le cortaba el aire, la gema roja trataba de zafarse pataleando y golpeando pero la presión era demasiada.

- Voy a destrozarte de 100 maneras distintas – dijo Labradorita aumentando la fuerza del agarre - ¡hare que recuerdes mi rostro maldita idiota!

Su cuerpo parpadeaba intermitentemente, sus ojos se cerraban poco a poco, Rubí sentía las fuerzas escapándose de ella lentamente. Recuerdos destellantes pasaron por su cabeza. Zafiro... pensó, mientras dejaba caer al suelo la mano con la cual sujetaba la pierna de Labradorita desesperadamente.

- Deberías haber visto como la enana azul y el mutante regordete chillaban y lloraban mientras eran todos masacrados – la gema naranja resoplaba y jadeaba violentamente - ¡simplemente exquisito! ¡y ahora sigues tú!

La mirada de Rubí se desvió hacia la cima de la montaña, lugar donde pudo ver como Peridot y Cornalina observaban la batalla en la salvedad de la base que construyeron, la cual tenía un gran cristal al frente que servía como mirador hacia todo el Kindergarten. Sus ojos se abrieron de golpe cuando vio que Cornalina levantaba en alto la gema de su amada con un brazo, y en el otro al pequeño Steven inconsciente, a la vez que Peridot intentaba inyectarles algo con una jeringa de aspecto monstruosamente punzante. Rubí tomo la pierna de Labradorita con fuerza, el ambiente se tornaba ondulado y caluroso, la gema naranja se vio obligada a soltar cuando sintió como sus piernas ardían terriblemente a causa del fuego que su oponente había liberado sobre él. Labradorita se reincorporo en un giro, solo para contemplar una gema roja envuelta en fuego abrasador rugiendo y gruñendo, incluso los ojos de esta se habían tornado completamente blancos. Lo miraba con odio.

Steven Universe: Onix, La Gema OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora