Steven Universe: Onix, La Gema Oscura

Capitulo 16: Dos gemas perdidas

Las dos capsulas se deslizaban con gran velocidad dentro de los tubos bajo tierra, sus ocupantes, además de asustadas, sentían todo el peso de la velocidad sobre sus delgados cuerpos pero sobre todo en sus rostros entumecidos. Trataban de aferrarse con fuerza a lo que podían, pero las capsulas eran lisas por dentro, y transparentes como el cristal, pero tan duras como el metal. Una luz se asomo a la distancia, se aproximaba, cada vez más cerca, las gemas se miraron entre sí, ansiosas de poder salir de una vez por todas de ese recorrido que les había parecido ya una eternidad.

Las capsulas salieron disparadas hacia arriba del túnel, abriéndose en el aire y liberando a sus ocupantes a plena altura, Peridot y Cornalina cayeron sobre su trasero, adoloridas pero aliviadas de al fin tocar tierra.

- ¡¡Malditas tontas de Cristal, todo esto es su culpa!! – gritó Peridot enardecida y fastidiada

- ¡¿A quién rayos se le ocurrió la idea de esos tubos de escape?! – pregunto Cornalina furiosa

- ¿Y yo que se? Solamente los repare y los prepare. – Peridot sobaba sus caderas del golpe

- Tenias razón cuando dijiste lo arcaico que era este planeta apestoso

- Claro que tenia... Am... Cornalina...

- ¿Qué ocurre?

- No tienes brazo izquierdo...

- ¡Maldita sea no de nuevo!

- ¿Por qué escogiste esos potenciadores de extremidades?

- ¡Ayúdame a buscar mi brazo!

Peridot y Cornalina buscaron alrededor de la zona intentando encontrar el brazo de la gema rojiza, era extraño para ambas pues no se habían percatado del momento exacto cuando se había desprendido de ella, pensaron que seguramente fue mientras cayeron a tierra. Aunque recorrían juntas el terreno, ninguna alcanzaba a divisarlo, era como si se hubiera esfumado de repente. Pasado un buen rato de búsqueda sin éxito, ambas se preocuparon.

- ¿Lo ves? – preguntó Cornalina desesperada

- No lo veo, supongo que tal vez habrá caído lejos

- ¿No puedes usar tu pantalla para encontrarlo?

- No tengo la fuente de tu... ¡oye mira ahí esta!

Peridot había levantado su mirada hacia los arboles, ahí se encontraba el brazo de Cornalina, enredado entre las ramas más altas. Cornalina no pudo evitar dar un brinco de emoción, la gema verde convirtió sus dedos en una hélice y se elevo, estuvo a punto de tomar el brazo, cuando un montón de avispas salió de un panal justo encima de la rama donde estaba el brazo, alarmadas por el aire que producía el batir de la hélice, las abejas atacaron a Peridot rodeándola y picoteándola, la gema trato de huir desesperada en medio de gritos y pataleos, pero se atoro entre las ramas continuas, Cornalina vio como su compañera peligraba así que convirtió su brazo restante en un cañón y disparo hacia las avispas, pero esto solo empeoro la situación ya que arremetieron contra ella, Peridot aprovecho la distracción y tomo el brazo de la gema rojiza pero no podía sacar su brazo de las ramas en las que se había atorado, estaba suspendida, vio como Cornalina trataba de defenderse, pero las avispas eran tantas que sus zumbidos juntos eran ensordecedores.

- ¡Cornalina! – grito Peridot asustada cuando vio a la gema rojiza caer

Solo había una opción, Peridot utilizo su otra mano para desprenderse de la armadura que cubría su brazo, quedando expuesto un brazo mucho más pequeño, cayó a tierra nuevamente y usando su otra mano logro contener a las avispas dentro de un campo energético verde, donde quedaron paralizadas y suspendidas. Cornalina se levantó, tenía uno de sus ojos hinchados por las picaduras, una mejilla, su cuello y en varias partes de su cuerpo había montones de picaduras, Peridot corrió hacia la abertura en el suelo donde se encontraba el túnel del cual habían salido las capsulas y metió ahí a las abejas, fue Cornalina quien sello el agujero con una piedra, dentro se escuchaban a las avispas desesperadas por escapar emitiendo zumbidos atronadores.