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—Ya no podremos vivir más en nuestros hogares —comentó Mike, haciendo que el corazón de Tony se disparatara.

Se encontraban en la casa de Tony, donde su madre podría estar oyendo todo y eso inquietó al menor.

—¿Cómo que ya no? —Mike miró a Tony con desdén y bufó para luego volver a saquear su armario.

—Tenemos que largarnos del Estado, Tony... Es peligroso todo. Tendremos que vivir juntos, escondidos y muy calladitos.

—¿Y nuestra familia? —cuestionó Tony.

—Tendremos que despedirnos de ella o de nuestra vida. Elige una.

—Mike, yo no debería estar involucrado...

—¡Lo estás, Tony! —gritó Mike, claudicando ante los nervios del menor—. Tú compraste ropa con ese dinero, ¿no es así?

—Sí, ropa, pero de igual manera tú fuiste quien pidió el préstamo. Además... Tú compraste frutos del mal.

—No me importa qué compre o qué no. El punto es que tenemos un nuevo trato con ellos. Tenemos que entregarles información de lo que nos piden, o estamos fritos.

—Pudimos haber evitado todo este desastre si yo me hubiese puesto a trabajar.

—Tony, Tony... —Mike se acercó a él, posando su mano en el hombro de Tony—. Sólo es conseguir un poco de información. Si somos cuidadosos, todo pasará más rápido. Solamente estoy siendo precavido, nada más. Donde nos quedaremos no es la gran cosa, pero igual, es agradable el sitio. Sólo será un tiempo... Todo se pondrá mejor. Lo prometo.

Tony ya había escuchado esa mentira antes.

"Todo se pondrá mejor".

La última vez que metieron las narices en asuntos que no eran de su incumbencia, los expulsaron de la universidad.

Mike apretó ligeramente el hombro de Tony, tratando de calmarlo y le dedicó una sonrisa cálida. El mayor sabía perfectamente que su sonrisa calmaba a Tony.

Aquellos contactos repentinos que Mike le ofrecía al menor, no le molestaban para nada. A Tony le encantaba estar con Mike y después de los desastres que causaba el mayor, todo era más divertido. Además... Vivir con Mike las 24 horas del día, ellos solos y juntos... Bueno, la idea le encantaba a Tony, simplemente.

El menor comenzó a recordar el primer encuentro con Mike. Eso le revoloteó el estómago. Recordar las impresiones que Mike le dio aquel día... Lo frustraba y lo capturaba entre más lo pensaba.

El menor tembló al ver a Mike por primera vez.

Eran cerca de las 6 de la tarde y la ciudad estaba oscura, pues el sol ya había tomado el rumbo para esconderse. Y para la suerte de Tony, su coche se había descompuesto en el camino a su casa.

Y como si hubiera sido por arte de magia, Mike apareció. Tony lo recuerda muy bien, pues en cuanto lo vio pasar frente a sus ojos, se le erizó la piel. El clima se puso frío y Mike miró el coche del menor. Tony pensó que lo robaría o algo parecido, pero no.

"¿Necesitas ayuda con esto, hermano?" preguntó el mayor al ver el coche una vez más.

Tony asintió.

Y desde aquella vez, se han jurado ser inseparables.

Mike limpió la grasa de sus dedos y le dio una mirada al menor, sonriéndole y luciendo tan pacífico. En ese momento, Tony se cegó y se sintió como si estuviese loco.

"Te he visto un par de veces en la universidad." el mayor era el único que abría la boca. Tony estaba tan nervioso para hablar, que optaba por sólo sonreír, asentir y mantenerse callado.

"Gra... Gracias por lo del auto." Tony balbuceó, nervioso "Eh... ¿Necesitas que te lleve? Sería como... un agradecimiento."

"Bien, acepto que me lleves, aunque no hace falta. Y eso no me lo tomaré como agradecimiento... Me pagarás el favor con otra cosa. Te buscaré mañana en la universidad y te diré cómo, ¿vale?" Tony afirmó con su cabeza y Mike sonrió de oreja a oreja "¿Cuál es tu nombre?"

"Tony."

Y ese fue el día en que Mike y Tony coincidieron y se conocieron.

"¿Tienes dinero?" preguntó Mike.

"Sí... ¿Por?"

"Invítame a almorzar" pidió el mayor y Tony rio. "Me debes un favor, recuerda."

"¿Qué quieres que haga por ti?" el menor, quien jugaba con sus manos, cruzó miradas con Mike.

"Invítame a almorzar" repitió.

"Te invito lo que quieras... Pero dime tu nombre."

"Soy Mike Fuentes."

"He oído de ti... No tienes buena fama, eh. ¿Debería juntarme contigo?" Mike se rio ante la burla del menor, lo cual a Tony le sorprendió, pues pensó que lo golpearía. De nuevo se equivocó de las expectativas que tenía de Mike.

"Digamos que no, pero igual me debes un almuerzo, así que levanta el culo y vamos ya."

"Pero... Son horas de clase." Tony se puso un poco nervioso, pues no se daba la idea de cómo salir de la universidad a horas indebidas.

"¿A quién le importa eso?"


Bring Us Danger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora