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6 años después.

Samantha's P.O.V.

-¡Samantha! ¡A desayunar! -mi madre no paraba de pegar gritos desde la cocina.

-¡Ya voy mamá! -contesté, para luego taparme la cara con la almohada.

Mi gata Jodie subió a mi cama y empezó a restregarse, ronroneando.

-Parece que alguien se levantó de buen humor. -rasqué su cabeza y me puse las pantuflas.

-Hoy es el día de decírselo, Sam. Hoy es el día. -me repetía a mí misma una y otra vez.

Salí de la habitación y me dirigí a la cocina. Mi madre leía el periódico mientras tomaba su gran taza de café.

-Buenos días, cariño. ¿Qué tal has dormido?

-Muy bien, mamá. -contesté mientras le daba el pienso a mi mascota. Me preparé unas tostadas.- Tengo que decirte algo importante.

-¿El qué? -no apartaba su vista del trozo de papel.

-No sé cómo te lo tomarás... -mis manos sudaban, me senté a su lado.

-Me estás preocupando, cielo. -se quitó sus gafas de leer.

-Ya sabes que Anna y yo terminamos el instituto hace unos meses y aún nos queda el bachillerato y la Universidad por delante. -ella asintió.- Bueno, verás, lo hemos estado hablando desde que teníamos catorce y yo lo veo como una muy buena oportunidad.
Mamá, tú sabes que mi gran sueño es ser una actriz reconocida y en España no es que vaya a triunfar mucho...

-Ve al grano, Samantha.

-Anna y yo queremos mudarnos a Atlanta, juntas, para empezar una nueva vida.

-Samantha... -replicó.

-Mamá, no sería un problema, ya vivimos un tiempo en Estados Unidos y mi inglés es brillante. Anna necesita un empujón y yo sólo quiero aprovechar mi edad y mi talento. Si lo que te preocupa es el dinero, no tienes porqué hacerlo; hemos estado ahorrando mucho y...

-¡Samantha! -gritó dando un golpe a la mesa.- ¡Basta!

-Pero...

-¡He dicho que basta! ¡Hija mía, tienes dieciséis años recién cumplidos! Te veo muy pequeña aún.

-Mamá, Anna tiene dieciocho, repitió dos veces. Estaré con una mayor de edad...

-¡He dicho que no! ¡Samantha, por el amor de Dios! -echaba humo por las orejas.

Me quedé en silencio. Sabía que esto no funcionaría. Terminamos el desayuno sin decir ni una palabra.
Me levanté y volví a mi cuarto, seguida de Jodie.
Cerré la puerta nada más llegar y cogí a mi siamés en brazos.

Alcancé mi móvil y marqué el número de mi amiga.

-¿Sí? -respondió Anna al otro lado.

-Anna, mi madre no quiere dejarme ir a Atlanta.

-¡¿Qué?! Pero... ¡Pero esto es lo mejor que nos ha ocurrido en años!

-Lo sé, An...

-Ven a mi casa y lo hablamos tranquilamente, ¿de acuerdo?

-Me visto y voy para allá.

-Perfecto, hasta ahora. -colgué.

Dejé el celular en la mesilla y al animal en la cama desecha. Abrí el armario y me vestí con algo cómodo.
Después de prepararme, metí el teléfono en el bolsillo del pantalón y las llaves.

Promise || Chandler Riggs || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora