Promise || Chandler Riggs || PAUSADA

VI

-Sí, mamá. Lo haré... No te pongas histérica, por favor. Sí... Yo también te quiero, adiós. -colgué el teléfono y lo tiré al sofá.

-¿Qué quería? -preguntó Anna ojeando una revista de moda.

-Que compre unas flores bonitas y se las mande. -contesté sentándome a su lado.

-¿Por tu padre?

-Ajá. -cogí el mando de la televisión y la encendí.

-¿Cómo lo llevas?

-Bien. Hay veces en las que me gustaría que estuviera en casa y me apoyara, pero en la situación en la que está, es imposible.

-Puedes ir a visitarlo, eso es un punto a favor.

-Pero no de la manera en la que me gustaría. -apagué el aparato y me levanté.- Voy a por el recado de mi madre, supongo que llegaré a la hora de la comida, para que lo sepas.

Cogí las llaves de la mesa y dinero. Salí de casa y me dirigí calle arriba, hacia a aquel centro comercial.

Veía la casa de Chandler a lo lejos. Cada vez me acercaba más y alguien salió cerrando la puerta con mala leche.

Decidí hacerme la tonta y pasar de largo, no me apetecía mantener una conversación.

-Hola, princesa. Es de mala educación no saludar, ¿sabes? -me paró el chico con una sonrisa pícara.

-Tengo prisa, si no te importa. -me hice paso.

-Oye, no tan rápido. -me agarró del brazo.

-¿Y ahora qué? -respondí soltándome.

-¿Vas a ignorarme siempre? ¿Hasta en la calle?

-Si eres tan pesado como hasta ahora, sí. -afirmé.

-La que me tiraste el café encima fuiste tú, disculpa.

-No me digas. -rodé los ojos y me giré para irme.

Volvió a agarrarme del brazo, impidiendo que me marchara.

-¿Quieres hacer el favor de dejarme? Tengo prisa por comprar una cosa. Es algo urgente.

-¿Qué clase de cosa?

-No te importa.

-Vale, pues no te suelto.

-Aggh. -achiné los ojos.

-No hagas esto más difícil, Samantha. Veeeenga, dímelo. -insistió.

-¿Por qué quieres saberlo? ¿Qué más te da?

-Simple curiosidad. Ya que mi hermano me ha dejado fuera de casa, necesito entretenimiento.

-¿Y por qué no te vas con Brianna? Para eso es tu novia.

-Bah, siempre estoy con ella, me apetece cambiar de aires. Al lío, ¿a dónde vas? ¿Puedo ir?

-No. -dije seca.

-¡Porfaaaaaa! -me sacudió el brazo.

-¿Qué parte de 'No' no entiendes?

-No seas tan sosa, Sammy.

*Flashback*
-¡Sammy! ¡El camión de los helados! ¡Corre! -un niño castaño gritaba mi nombre muy contento por comerse un polo.

-¡Espérame Chan! -grité corriendo hacia él.
*Flashback*

-Tierra llamando a Samantha, responda, señorita.