04: Resaca

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen.

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Estaba en una cama, acostada muy cómodamente, las sábanas eran suaves como la seda, se sentía bien a excepción por el dolor extremo de cabeza que tenía. Se despertó de a poco por la luz del sol que entraba lentamente por la ventana, abrió los ojos. No entendía como había llegado a esta habitación. Se dio vuelta para entre abrir la cortina cuando de pronto se dio cuenta que no estaba sola en aquella cama.

— Hmmm —Se le escuchó decir al muchacho.

—«No puede ser, imposible... qué diablos pasó anoche, no recuerdo nada...»

Se repetía Natasha, viendo al capitán américa junto a ella. Ambos estaban semi desnudos. No podía ser que ambos... no era imposible... ¿O sí? Bueno para que decirlo, ella estaba deleitándose viéndolo en la cama, se veía adorable durmiendo como un tierno bebé. Pero basta del tema. Ella tenía que saber que había pasado anoche en el cumpleaños de Stark. Todo era muy confuso y no quería que nadie supiera de esto o tal vez, ya lo sabía todo SHIELD. Natasha se aterró al pensar en eso. Se levantó rápidamente sin despertarlo. Tampoco quería que él supiera que había pasado, o lo que sea, quizás el tampoco recuerde nada.

— «Al diablo, tengo que salir de acá rápidamente» —Pensó para sí. Fue a la ducha y salió en cinco minutos. Tomó su ropa y salió de la habitación, cerrando la puerta lentamente.

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La mansión de Tony estaba hecha un desastre. Alfombras sucias y pegajosas con alcohol y otras sustancias que no declararé en esta historia.

Algunos de los amigos de IronMan aún dormían en el suelo; Thor estaba en un sofá abrazado a Jane, al menos «estos dos estaban vestidos» pensó para sí, Natasha.

Buscaba a Barton, pero no lo encontraba. Abrió una puerta de un baño al azar y ahí estaba sentado durmiendo como tronco. Natasha no lo podía creer. No sabía si reírse y sacarle una foto o dejarlo ahí. Se aguantó la risa y lo empezó a despertar de a poco. Necesitaba AYUDA de manera urgente.

— Clint... ¡Clint!, ¡despierta! —Le susurraba la pelirroja a ojo de halcón. El chico empezó a balbucear y no le entendía nada. Siguió su acto moviendo su hombro, hasta que finalmente despertó.

— Nat, Natasha... Hola... mi cabeza me duele demasiado —Una mueca de dolor se asomó—. ¿Dónde diablos estoy?

— No me lo preguntes a mí, te estaba buscando desesperadamente, abrí la puerta de este baño y te encontré —Le respondió la viuda negra un poco nerviosa. No sabía si decirle lo que le pasó esta mañana.

— Maldito licor asgardiano. De repente todo se puso negro y.... tengo lagunas mentales la verdad... —Clint notó a su compañera algo nerviosa. Pudo notar que miraba a todos lados cada cierto tiempo, como si no quisiera que alguien la encontrara. El castaño atinó a preguntar abiertamente. —¿De quién estás escapando ahora?

— No puedo decírtelo, pero si, necesito de tu ayuda si me lo preguntas —Natasha le susurró un poco más despacio.

— Está bien, aunque no estoy entendiendo nada... pero te sigo. —Empezó a silbar la música de la pantera rosa—, veo que andas muy misteriosa hoy y creo saber que pudo haber pasado.

— Me lo contarás después con más calma —Lo mira de nuevo y ve que se está quedando dormido— ¡Clint!

— Si ya voy... ¿Dónde demonios dejé mis pantalones? —Natasha soltó un suspiro. Su paciencia estaba llegando a su límite.

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