Prólogo.

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-¡Escondete! ¡ Victoria! - exclamó Ezra entre susurros, se escuchaban las botas de los guardias, quise correr pero mis piernas no me lo permitían, quería quedarme con Ezra.
- ¿ Es que no oyes? ¡QUE TE ESCONDAS AHORA!-gritó exasperado mientras me miraba con angustia y luego así fue como reaccione, habían entrado. Corrí entre las filas de estantes hasta el despacho de Ezra, ahí estaba, quite con esfuerzo la tabla suelta que había en el suelo y me adentre a la cajita que Ezra había preparado para mi justo para aquellas situaciones. Escuché los pasos de los guardias como estruendos en una noche silenciosa, sabía que iban  por Ezra, sabía que nada de eso resultaría muy encantador, era el fin.
-Registra toda la biblioteca, tal vez los libros se encuentren en algún escondite y tú, ya sabes lo que te espera, canalla, has traicionado al Gobierno- la voz grave soltó una carcajada que me heló la sangre, empezé a escuchar las botas de otros guardias de un lado para otro, ajusté mas la tabla hasta que mis nudillos quedaron blancos de tanta fuerza y aún así seguí sujetándola - morirás como lo hacen los de tu clase, y tú muy bien sabes cómo mueren Los Solos -afirmó, se me heló la sangre, Ezra me había comentado sobre las torturas que hacía el gobierno con Los Solos, aunque había omitido los detalles, no quería perturbarme a mis cortos diez años, pero yo ya sabía lo que le harían, empecé a llorar en silencio, escuchaba cada vez mas fuerte las fuertes pisadas de los guardias.
-¡Maldita rata! ¿crees que me importa como moriré? Al menos sé la verdad sobre todos ustedes- escupió la voz de Ezra, no lograba ver nada, solo oscuridad pero sabía que era él, me encogí en mi menudo cuerpo- al menos moriré sabiendo la...- y justo antes de que Ezra pudiera decir algo mas sonó un golpe, mi corazón se aceleró, ¿ que le habían hecho a Ezra para que se callara de ese modo? Sentí que me empezaba a faltar la respiración, me daría un ataque de asma, pero no fue así en vez de eso empecé a sentir pesadez en mi cuerpo y a la vez empezaba a adormilarme, lo ultimo que logré escuchar fue un gemido de Ezra justo antes de que me sumiera en la oscuridad.

Los Solos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora