7. Atentado.

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Miré con terror la escena que se presenciaba justo frente a mis ojos, era escalofriante. Había un niño decapitado, la sangre se expandía a su al rededor de su cuerpo solitario haciendo un charco de sangre, la cabeza estaba a pocos centímetros pero lo suficientemente alejada para notarlo a simple vista, también había un cartel que decía...

Y alguien se atravesó delante de mí y antes de que pudiera saber porque supe que era Owen, me dió confusión momentánea y luego entendí que era mejor eso a seguir perturbandome porque yo sabía que si Owen no evitaba que viera tal escena yo no podría apartar la mirada.

-¡Sé bien lo que están pensando!- proclamó Owen gritando- ¡pero ahora sé lo que toca hacer! Por años hemos tratado de encontrar una paz y no ha resultado- parecía extasiado, lleno de furia mientras todos atentos lo veían- ya estamos cansados de que Los Denegados quieran exterminarmos, pero ya no más, lo que antes era un tratado de paz ahora se convertirá en guerra, ¿que se creen ellos para invadir nuestro territorio y montar tal espectáculo? Declaro la guerra, ésto no se quedará así, vengaré el sufrimiento de cada uno de ustedes, he llegado a mi límite, y juro de ahora en más que vengaré la muerte de sus familiares, amigos, hermanos, los vengaré, a todos y cada unos de los miembros que hemos perdido gracias a el conflicto.- y antes de que los aplausos se propagaba como una plaga Owen dio media vuelta, me miró con furia y decisión, me esquivó y se fue, dejándome desorientada frente a tal escena. Y por fin pude ver lo que decía tal cartel "Bienvenidos sean, hemos encontrado ésto, lastimosamente el niño encontró a su lobo. Que empiece el juego."

Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

-¡Aquí no ha pasado nada!- gritó Ian y luego se le murmuró al chico que antes había visto- novicio, llama a los aseadores, aquí nada paso.-terminó dando media vuelta y de fue.

-Vamonos. - empezó Cassandra zarandeandome obligandome a apartar la mirada, después de un rato cedí a apartar la mirada.

El camino por el cual me dirigió Casaandra era bastante solitario y gris, el día ya no era soleado ni feliz, parecía que el mundo lamentará lo sucedido.

- Te asignaremos una tienda, la compartirás, por el momento estarás como parte de el equipo de infiltración mientras te llevamos a la base madre a ver que podemos hacer contigo.

-¿Compartir la tienda?-pregunté mirando el suelo con un pequeño dolor de cabeza.

- Sí, los estudiantes de cada "clasificación" comparten tiendas, luego de tener un puesto decente o una familia, se mudan a la base madre o se le asigna una casa verdadera.- la miré con indiferencia y seguimos caminando. Poco tiempo después estamos frente a una pequeña montaña la cual reconocí.

- Y aquí es donde recibimos los de más alto rango, ve por tus cosas.- y sin pensarlo dos veces avancé poniendo en la suerte lo que sucedería.

***

Y ahí estaba, con la garganta ardiéndome, había vomitado sin previo aviso frente a una parte llena de árboles mientras me dirigía a la cima de la montaña donde se encontraba la cabaña de Owen.

Miré la cabaña con curiosidad, con el pensamiento de que si debía o no interrumpir en la cabaña, finalmente decidía entrar, no fue necesario golpear, la puerta estaba abierta.

El comandante estaba durmiendo en la cama con cara de preocupación, parecía un pequeño niño después de lo enojado que había parecido antes.

Observé la habitación y en un rincón junto a la pequeña biblioteca estaba una silla con mis cosas, me dirigí a ellas. Ya allí cogí mis cosas y cuando iba a salir de la cabaña,  Owen habló a mi espaldas.

Los Solos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora