Alain, sentado solo en la fila de asientos que estaba pegada al cristal, a través del cuál se podían ver los aviones despegando, desvió la mirada de la recién llegada hacia la nada, muy sereno.
Claro que eso era común en él: serenidad, sensatez. Todo lo contrario a Tyler que, con el rostro furiosamente enrojecido, caminó a zancadas hasta la curvilínea mujer pelirroja y la tomó por el brazo.
—¡¿Qué demonios haces aquí?! —gruñó con un malhumor que hacía increíble pensar que era el mismo chico que acababa de llegar conmigo dos minutos antes. La mujer le lanzó una mirada llena de cólera y se sacudió la mano de Tyler de encima, fue directo a Alain y se sentó a su lado, aferrándosele por el brazo—. ¡Te hice una pregunta! —insistió Ty, siguiéndola.
Ella rodó los ojos.
—Si no vas a hablar como la gente civilizada, no voy a responder a tus preguntas. ¡Así que déjame en paz!
—¡Ven aquí! —rugió Tyler, ya sobre ella, y la jaló del brazo, desprendiéndola sin mayor dificultad del inmutable Alain.
Tyler y la chica desaparecieron por el pasillo.
—¿Es ella? —le pregunté a Aline.
Ella asintió.
—Esa —señaló el pasillo por donde se habían ido— es ni más ni menos que la súper modelo Missy Darby.
—Es guapa, pero...
—¡¿Guapa?! —objetó Elliot—. Un lobo con piel de cordero, diría yo —él estaba detrás de Aline, abrazándola, y le depositó un corto beso en la mejilla antes de volverse hacia mí—. Siempre que anda por los alrededores me causa escalofríos... Como si algo malo fuera a pasar. Y generalmente descompone el buen humor de Tyler, así que, sí, siempre termina pasando algo malo.
—Me pregunto —dijo Aline— cómo se habrá enterado de que vamos a Mallorca.
—Er... —Didier se dejó caer en la silla más cercana, apoyó los codos en las rodillas y escondió el rostro entre las manos—. Lo lamento. Ha sido culpa mía.
—Explícate —Alain habló por primera vez, dirigiéndose al primo de su cuñado.
—Ah, sólo... La encontré por casualidad y se me escapó decirlo... Fue sin querer.
—¡Sin querer! —replicó Alain, luciendo finalmente molesto—. Si las vacaciones se arruinan por ella, te prometo que haré pedacitos de ti y luego se los daré de comer a los peces.
Nuestro vuelo fue anunciado por los altoparlantes, nadie se movió esperando a que Tyler regresara. Pasaron unos cinco minutos hasta que eso pasó. Él venía muy irritado, ya no quedaba ni rastro de la sonrisa que portaba en el rostro cuando me había dicho que tomaríamos vacaciones. Imaginé que la razón era que, detrás de él, Missy caminaba esbozando una sonrisa altanera y victoriosa.
Tyler no dijo mucho, nos instó simplemente a que abordamos el avión y fue lo que hicimos.
Llegamos a nuestro destino luego de un par de horas de viaje. Para entonces nadie parecía de muy buen humor, excepto, claro, Missy Darby.
Llegamos al hotel en el que nos hospedaríamos y enseguida nos dieron nuestras habitaciones.
Como aún quedaban algunos rayos de sol, los chicos decidieron que todavía estábamos a tiempo de ir a la playa. Busqué algo que ponerme en la maleta que Aline había hecho para mí, aunque no esperaba encontrar mucho. Yo no tenía bañadores en mi armario, pero, para mi sorpresa, encontré varios de ellos en la valija. Obviamente ninguno era mío, todos seguían con la etiqueta.
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Lo que me llevó a ti
RomanceTras un par de desagradables sucesos, Lara decide dejar Londres y huir hacia París, donde un viejo amigo de su hermana la espera para tenderle la mano. Alain Fontaine es el chico ideal de cualquiera, y ella lo sabe al momento de verlo. Vivir con él...