Por siempre contigo... (Fairy Tail)

Capitulo 7

Lentamente comencé a abrir mis ojos encontrándome con la obscuridad de mi habitación. Un suspiro triste escapó de mis labios. ¿Todo había sido un sueño? Quise sentarme en la cama pero un brazo en mi cintura me lo impidió. Tragué saliva con algo de temor y volteé la cabeza con lentitud. Solté un suspiro de alivio cuando me encontré con el rostro de Natsu sobre la almohada. Mi cuerpo se tensó al darme cuenta de algo...
-¡¿Natsu?- Grité sorprendida.
Él gruñó un poco y abrió los ojos algo adormilado. Cuando notó que lo miraba me sonrió y besó mi frente con delicadeza. Ante este acto no pude evitar sonrojarme.
-Ya estas despierta- Afirmó
-¿Co...como llegamos... aquí?- Pregunté algo shockeada.
-Te desmayaste en el bosque y lo único que se me ocurrió fue traerte. Muchos de nuestros compañeros quisieron venir pero logré quitármelos de encima. Nadie nos siguió hasta aquí. Después de acostarte me dio sueño y decidí meterme en la cama contigo para dormir un poco.
-¿Y como entraste?
-Por la ventana.- Respondió como si fuera lo más natural del mundo.
Sólo suspiré. No sé de qué me sorprendo si siempre entran en mi casa sin permiso. Sonreí resignada y me acerqué más a él buscando su calor, pues hacía algo de frío. Me acurruqué en él sintiendo como me abrazaba y acariciaba mi cabello. Poco después sus movimientos fueron más pausados hasta que se detuvieron por completo. Su respiración se volvió más lenta y me di cuenta de que se había dormido.
Un escalofrío recorrió mi espalda haciéndome estremecer. Al parecer el pijama que traía puesto era demasiado fino para esa noche. Sólo consistía en un vestido de tirantes; no era escotado pero con mi gran delantera pareciera que así fuera. Contuve la respiración cuando noté que algo no concordaba...
-Natsu... -Dije moviéndolo un poco.
-¿Mmm...?- Respondió adormilado.
-¿Nadie entró en la casa contigo?- Pregunté nerviosa.
-No, sólo tú y yo.- Respondió medio dormido.
Esa era la respuesta que tanto me temía. Pasé saliva con dificultad mientras unas gotitas de sudor aparecían en mi frente.
-Entonces... la persona que me cambió la ropa...-No podía terminar la pregunta por los nervios.
-Fui yo.- Dijo de lo más normal para luego bostezar y volverse a dormir.
Mis ojos se abrieron como platos y mi boca se entreabrió por la sorpresa. Estoy segura de que si en ese momento estuviera de pie no habría podido mantenerme y hubiera caído de rodillas. Mi rostro estaba cubierto de un rojo brillante que lo hacía parecer un foco y estaba tan caliente que el frío de la noche pasó al olvido. Si no hubiera quedado tan impactada seguramente un grito que se escuchase 5km a la redonda habría escapado de mi garganta. La vergüenza transpiraba por cada poro de mi cuerpo.
Mi reacción era completamente justificable y para nada exagerada ¿O es que acaso otra chica en mi situación reaccionaría diferente? Después de todo apenas hace algunas horas que nos acabábamos de declarar y ya estábamos así. Y no me refería a que estuviéramos durmiendo en la misma cama, no, era algo completamente diferente. El chico que dormía a mi lado me había cambiado la ropa. Tenía plena conciencia de que Natsu no era un maldito pervertido que se aprovecharía de la situación por lo que lo habrá hecho para que durmiera más cómoda y se lo agradezco en cierta forma. Pero aún sabiendo eso la vergüenza era inevitable y aún más si incluso había llegado a quitarme el sostén. Eso significa que había visto esa parte expuesta. Al pensar en eso de manera automática mis brazos se cruzaron a la altura de mi busto.
Noté como Natsu se volvía a acomodar apoyando su mentón en mi ccabeza y por lo tanto acercando aún más nuestros cuerpos. Suspiré de nueva cuenta, ya no tenía caso que siguiera pensando en eso. Al fin y al cabo ya había pasado. Rodeé su cuerpo con mis manos sintiendo sus músculos relajados. Otra cosa que no había tomado en cuenta era que Natsu no traía nada cubriendo su torso. Cerré los ojos y usé su pecho como almohada, al poco tiempo caí rendida teniendo la suave respiración de Natsu como una canción de cuna.