—¿Sehun? —pregunta temerosa mientras camina descalza por el largo pasillo enmarcado por paredes de ladrillos ya muy desgastados. Paciente espera la respuesta de su hermano y solo recibe el eco de su voz como respuesta— ¿Sehun? —vuelve a susurrar con el anhelo de recibir esta vez respuesta y nuevamente su voz que vuelve a rebotar contra las paredes y le responde.
Al final del pasillo, tras pasar una docena de puertas cerradas bajo código, una gran puerta de acero de hace imponente delante de su delgado y frágil cuerpo. Nunca antes, a pesar de haber vivido toda su corta vida allí, había llegado aquella área del Laberinto. No le agradaba usar esa jerga simple de los más jóvenes, pero cuando una cosa en aquel lugar no parece tener nombre se ve obligada a utilizarla. A causa del insomnio dedica las noches a deambular por los pasillos, gracias a eso se mete en problemas a menudo. Pero siempre que intenta acercarse a aquella área algo la detiene, casi siempre es su hermano que aparece de la nada en la dirección contraria o las ensordecedoras alarmas, pero hoy nada la detuvo.
La puerta semi abierta deja al descubierto el parpadeo de luces de colores fríos que se proyectan en el suelo y en el techo. Hye curiosa empuja despacio la puerta, temiendo que algún Crisantemo esté allí. Los Crisantemos son algún tipo de seguridad, jamás le veras la cara a uno ya que más que seres vivos parecen maquinas con su armadura negra que no deja al descubierto ni un solo pedazo de piel.
La habitación totalmente vacía es demasiado pequeña, solo hay maquinas con botones iluminados por pequeñas lucecitas parpadeantes. Hye avanza hasta que sin explicación otra chica se asoma tras las maquinas, imitando cada mínimo movimiento de ella. Tarda un par de segundos en notar que se trata de su propio reflejo; tras las maquinas hay una gran vitrina de cristal dejando al descubierto oscuridad absoluta. Pero no para Hye, que podía ver la energía lenta e inerte color azul a través del cristal. Claramente allí, dentro de toda esa oscuridad hay una persona y seguramente inconsciente.
Hye, sin saber exactamente que puede hacer se queda allí, mirando los botones parpadeantes. Quizás buscando una forma de llegar a esa persona; quizás convenciendo a sí misma que irse ahora sería algo cobarde y para salir del Laberinto (si es que hay un afuera) esa cualidad no podía ser parte de ella. Esta segura que los Crisantemos le están observando desde algún lugar y por algo no han intervenido. Quieren ponerla a prueba, en este lugar nada pasa por casualidad.
Mira a un lado en busca de algún interruptor para encender la luz que encuentra rápidamente, las luces encienden despacio luego de parpadear por breve segundo dejando a la vista la gran magnitud del aula tras la vitrina de cristal.
Totalmente blanca se extiende por unos metros. Ella, temerosa, da unos pasos al frente intentando ver que se encuentra allí. Bajo sus pies se abre imponente una habitación gigantesca, donde solo hay una cama y una mesa de acero quirúrgico inoxidable, ambas atornilladas firmemente al suelo. Mira cuidadosamente cada detalle pues no quiere olvidar nada. Da otro paso adelante y logra ver en una de las esquinas de la habitación, donde apenas llega la luz, el cuerpo encogido de uno de los suyos. Nunca lo había visto, lo recordaría fácilmente por el palpitar desesperado de su energía azul brillante.
Este abre los ojos y la mira fijamente con sus ojos azul perlado poco natural. Más que un humano parece un animal y estas muy asustado. La luz parece lastimarle y por eso se aprieta a aquel rinconcito en la habitación. Por un momento desaparece y se queda paralizada mirando el rincón vacío y en un segundo vuelve a aparecer muy cerca de la vitrina mirándola a los ojos, esto la sorprende y da un paso atrás. Él se retuerce de dolor y suda temblando. Mira su cabello oscuro pegado a su rostro por el sudor, y memoriza sus facciones, nunca lo había visto. Mira su ropa donde puede leer en letras bordadas "Ki3".
—Ayuda... —es lo último que escucha antes de sentir una punzada en su cuello y caer al suelo inconsciente.
ESTÁS LEYENDO
Power
Science FictionKi3 es el experimento más poderoso jamás producido por el hombre y le pertenece al Vaticano que no todos conocemos. Trinidad, como es temiblemente llamado por sus cuidadores, es cociente del alcance de su poder y de las mil y un formas que tiene de...