❝Coffee❞ | En Edición.|

XI

—Alex, es mi hora de comida.—al abrirse las puertas del cuarto una sombra apareció, Sabrina estaba recargada en el marco de la puerta—¿Por qué lloras?

— ¡Eres una maldita perra!—Grito con fuerzas Emma, conocía perfectamente a Sabrina y sabía que era capaz de haber sido ella quien quemara el arreglo— ¡Tu hiciste esto!

— ¡Tu no me hablas así!—Respondió Sabrina poniéndose enfrente de Emma—¿Hablas de tu arreglo?

— ¿De qué más hablaría?—pregunto sarcástica Emma. Alex se interpuso entre ambas para evitar una pelea.

—Basta chicas.—añadió Alex alejando a Emma de Sabrina.

— ¿Era tuyo? Soy alérgica a las rosas, tenía que quemarlas.—Emma no se contuvo más y lanzo la primera bofetada, no le importaba que estuvieran en la hora de trabajo, solo quería desquitar su odio hacia Sabrina.

— ¡Estas celosa de mí!—Sabrina no se quedó atrás y lanzo una bofetada hacia Emma. Y fue ahí donde la pelea comenzaba, ambas chicas se jalaban del cabello. Zach había escuchado los gritos y fue hacia el cuarto.

—Ayúdame Zach.—Reclamo Alex agarrando de la cintura a su amiga, mientras que Zach sujetaba a Sabrina—Esto no volverá a ocurrir.

—En eso estoy de acuerdo Alex, porque recuerdo que en el reglamento de trabajo se prohíben las peleas. Y la persona que empezó será despedida.—Emma había olvidado aquel detalle del reglamento, miro a su amigo en señal de que la ayudara por esta vez.

—Sabrina tiene razón, Emma lo siento pero estas despedida.—Alex no puedo ni siquiera mirarla—Toma tus cosas y vete por favor.

—Pero Alex.—La voz de Emma se mostró débil a pesar de ser una chica fuerte—Tu sabes que necesito el trabajo.

—Lo se Emma, pero son las reglas.—Alex no toleraba mirar a su amiga de aquella manera, pero su trabajo también estaba en peligro si la ayudaba.

—Alex, ella fue la que tuvo la culpa.—unas pequeñas lagrimas corrían de los ojos sobre las mejillas de Emma.

—Tú fuiste quien lanzo el primer golpe, enserio lo siento mucho.—al decir eso Alex salió inmediatamente, para evitar ver la cara Emma.

Emma lo único que puedo hacer fue recoger sus cosas de su casillero. Al salir del cuarto para empleados se acercó hacia la caja registradora donde se encontraba Alex.

—Me voy.

—Toma este dinero, es poco pero te ayudara en algo.—Alex le entrego un sobre donde contenía el dinero. Solo se despidió del sin decir ninguna palabra para salir del lugar.

—Emma.

— ¿Qué haces aquí?

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