❝Coffee❞ | En Edición.|

XXXIV

Al momento de que ambos bajaran de la camioneta frente a la casa de Emma, Austin la tomo en sus brazos para estrujarla con cariñó. El dulce aroma a vanilla que provenía de Emma, hacía que Austin se sintiera relajado.

—Austin. Necesitó irme.—rió Emma al notar que Austin no quería soltar la.

—Por favor no me dejes, solo quiero pasar otro rato contigo.—susurró Austin hundiendo su rostro entre el hombro y cuello de Emma besando delicadamente éste. A lo cual provocó un suspiró en ella.

—Yo también quiero pasar tiempo contigo, pero mi madre debe estar preocupada por mi.—Austin la miro y beso su frente.

—Quiero verte en la noche ¿Puedes?

—Claro que puedo, nos vemos en el cobertizo que está cerca de aquí.—sonrió y beso su mejilla, pero antes de que se diera la vuelta Austin la atrajo dándole un beso en los labios, un beso que ambos anhelaban siempre.

*

La tarde había caído rápidamente, Emma preparaba su atuendo antes de irse a ver con Austin. Miraba su maquillaje para que estuviera perfecto y observo la silueta de su hermana aun lado de ella.

—Te vez hermosa.—Lily le dedicó una sonrisa a su hermana.

—Gracias, estoy nerviosa.

—Tranquila, todo saldrá bien.—cuando Emma dio el último toqué a su maquillaje tomo su chaqueta y su bolso para salir de su habitación.

Bajo las escaleras y se despidió de su hermana para salir de casa, Emma había tenido la suerte de que su madre no se encontrara en casa así tenia la libertad de salir sin tener problemas con ella. Emma caminaba por el senderó que la llevaba hacia el cobertizo donde vería a Austin, ella solía jugar de niña en aquél lugar, pero hace años que no había ido ahí. Noto una luz que provenía del lugar y un nudo se formó en su estomago al presentir que era Austin quien ya la esperaba. Abrió lentamente la puerta y vio a Austin de espaldas hacía ella, estaba vestido con una camisa azul cielo y un pantalón negro que hacía ver su trasero aun más formado. Se acercó hacía él y rodeó su cuerpo con ambas manos, Austin dio un saltó pero al notar que las manos eran de su amada se quedó quieto.

—Creí que ya no vendrías.—dijo Austin al girarse y quedar frente a Emma.

—Pero ya estoy aquí.—le sonrió, Austin tomo el rostro de Emma y deposito un beso sobre a mejilla de ella.

— ¿A dónde quieres ir?-susurró Austin cerca del oído de Emma, causando en ella un escalofrío recorrer su cuerpo. Beso su cuello y una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal.

—Me gusta cuando haces eso.—dijo Emma inconscientemente.

—Lo haría toda la noche si tu quieres.—Austin la miró con una mirada llena de lujuria y pasión—Y no me refiero a solo susurrar.

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Siempre digo que faltan poco para terminar, pero siempre que me inspiró la alargó más y más. En fin no olviden votar y comentar. L@s quiero (no se si hay chicos leyendo, pero por si acaso).