Songs for YiFan »KrAy

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Él siempre quiso tener una familia conmigo. Incluso hubo peleas por tratar de adoptar a un bebé. Al final desistió diciéndome que no le gustaría cuidar de dos niños. Conmigo era suficiente.

También yo quería una familia.

[Día treinta y cinco]

Son las siete de la noche de un hermoso sábado y YiFan no tiene la mínima intención de salir de casa. Cree que ya ha sido suficiente por algunos días, y que ya ha dejado mucho tiempo a YiXing solo.

Hay un punto en el que no sabe si está de verdad loco o en su fantasía hay un poco de realidad. Nunca la pérdida de un ser querido se logra superar con algunos días. Nunca perder a nadie ha dejado de doler, y he ahí donde YiFan se hace más daño.

Recuerda esos días en lo que amanecía con su esposo. Estar siempre juntos era la mejor manera de vivir.

A su mente regresan momentos divertidos. Una pelea de cosquillas. Una comida en la sala mientras veían algún programa televisivo cómico. La salida por compras. Tener una cita sólo porque sí. Los miles de besos en el rostro que no se cansaba de dar y recibir... Cosas que no se pueden olvidar tan fácilmente.

Ha pasado tan poco tiempo que YiFan sabe que su amado esposo aún sigue ahí.

Una repentina llamada a su departamento hace que se levante del sofá hasta llegar al teléfono de casa y contestar fingiendo una garganta congestionada.

—No te creo, cuñadito —se oye al otro lado de la línea. La voz que menos quiere escuchar en el día, la semana y el maldito año.

¿Acaso LuHan no entiende?

—¿Qué quieres?

—Uy, alguien no está de humor.

YiFan cuelga y regresa al sofá para ver la TV. Unos segundos después vuelve a sonar el teléfono y toma la llamada.

—¿¡Por qué me colgaste!?

—Me irritas.

—El sentimiento es mutuo.

—¿Por qué me llamas? O sea, es sábado por la noche. ¿Entiendes el sentido del descanso o te haces el idiota? Creo que te pagan por ello...

—No llamé para que me hablaras como si fuera un retrasado.

En ese punto de la llamada, YiFan imagina a su cuñado hacer lo mismo que hacía su esposo cuando se enojaba.

—No pongas los ojos en blanco.

—¡No hic...! —Se queda callado ya que sí lo ha hecho. Toma un largo respiro antes de hablar y se acomoda en el sofá.

—Te llamé porque quiero salir... contigo —dice LuHan casi con pesantez.

YiFan se queda estupefacto, no entiende que está pasando. ¿Acaba de decir eso?

Maldito.

—No.

—¡Espera! ¡Espera! No cuelgues... N-no entenderías si te explicara —dice LuHan antes de suspirar en la bocina y hacer que YiFan se alejé del teléfono—. Mira, sé que te llevas muy bien con el hijo del profesor que da coreano...

—¿Oh SeHun?

—S-sí.

—¿Y?

—No entenderías —susurra LuHan con un poco de cansancio.

YiFan intenta no desesperarse. No entiende que está sucediendo, pero si lo piensa con detenimiento cree que LuHan desea ver al chico. ¿Para qué? Ni idea.