Cap 3- Lo siento pero no puedo.

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-¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con Alex, cumpliendo parte del trato.

Me miro con curiosidad e incluso podría decir que estaba molesta.

-Esperas que lo haga ahora, tengo dolor de cabeza y...-me interrumpió Mónica poniendo su mano delante de mi cara.

-Mientras mas rápido lo hagas mejor, a cierto, tengo algo para ti, pasa.

Se hizo a un lado para que pasara y me llevó a su habitación.

Cuando entramos, se puso a buscar desesperada algo en su armario.

Me senté en su cama y empecé a mandarle un mensaje de texto a Alex.

-¡Lo encontré! es tan perfecto.

Me gire al escuchar la voz chillona de una niña emocionada.

Esa niña era Mónica quien con sus manos en su cintura, tenia sus ojos fijos en un vestido negro con un escote en el pecho y transparencia en la espalda.

-¿Iras a una fiesta hoy?- pregunté con un poco de nerviosismo en mis palabras, temía que no fuera eso.

Ella negó con la cabeza y con su sonrisa sujeto el vestido.

-Es para ti, así podrás ir con Alex a la discoteca, son las 6:57 de la tarde, aun tienen tiempo.

Guardo el vestido en mi bolso y me empezó a empujar hacia la salida.

Cuando estaba en la puerta me agarre fuertemente de la puerta pero Mónica me empujó y cerro la puerta.

-No tomen mucho y si toman mucho no manejen, suerte- fue lo ultimo que escuché decir a Mónica.

Tome el bus para volver a casa, seguro Alex ya estaría ahí.

Me senté al lado de un chico que estaba muy concentrado en su celular, no le tome importancia y espere hasta llegar a mi paradero.

Al bajar del bus empecé a correr hacia mi casa, pero me canse en medio camino.

Camine hasta mi casa concentrada en mi celular y choque con algo suave y con un aroma inexplicable solo podría decir que era agradable.

Mire hacia adelante, luego hacia arriba y me encontré con unos ojos marrones, su cabello negro aun los tapaba, pero se veía lindo así, su nariz ya no estaba roja y su piel pálida se encontraba un poco ruborizada.

-L-lo si-siento- dije algo nerviosa.

Me miro con su mirada algo seria, se puso a un constado y salió de mi camino.

Así de simple, sin decir nada, sin siquiera aceptar mis disculpas, me dejo con el corazón latiendo a mil.

Toque mi pecho para comprobar lo rápido que latía, parecía que se saldría de mi pecho e iría a perseguir a ese chico.

-¡Fabi! ¡Fabiana!

Volví a la tierra al escuchar su voz.

Es a él, a quien realmente quiero.
Lo se, porque no puedo dejar de pensar en él.

-¿A-Alex?

Su mano se posiciono en mi hombro y me dio un pequeño beso en la frente.

Como lo hace con su hermana menor.

¿Jamas me vera como algo mas que su amiga o su hermana?

-Te estuve esperando ¿Pasa algo?- pregunto confundido.

-No es nada.

Caminamos hasta mi casa.

-Alex, ¿Podemos ir a la discoteca?

Me cansé de ser el caramelo de mentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora