Cap 12-

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Su cabello desordenado, su boca entre abierta, su rostro sereno, su piel palida, todo se veía tan bien.

Jamas pensé ver a un ebrio tan lindo.
Jamas pensé ver a Derek tan lindo!!

Jamas pensé tener que cuidar a Derek mientras esta ebrio.

Pero no me molesta, no ha despertado, casi ni se ha movido, no hace ruido.
Supongo que nunca lo he visto tan tranquilo.
Dormido en mi mueble, con tranquilidad reflejada en su rostro, tranquilidad que desaparecerá cuando despierte y todo vuelva a su lugar.
Otra vez volveremos a distanciarnos y odiarnos.
Voy a extrañar estar cerca de él.
A pesar de lo idiota que ha sido, tenerlo cerca estos días me han vuelto dependiente de él.

Después de estar sentada a su costado observándolo, decidí que quería un recuerdo de este momento.

Saque mi celular y en silencio, tome una foto.

Cuando la luz del flash le dio en el rostro, Derek despertó, se intento parar, pero le dio un mareo y resbalo sobre mi.

—Joder, ¡¿Qué fue esa luz?!

Derek se paró despacio y se sentó en el sofá, parecía que no darse cuenta de que yo estaba ahí.

Ahora tenia una expresión de molestia en el rostro, se tocaba la cabeza con ambas manos y no paraba de susurrar “Que carajos me paso".

Yo solo estaba sentada en el piso, mirandolo.

Después de un buen rato, dejo de tocar su cabeza y miro al frente.

Algo en mi interior se estremeció, tenia miedo de su reacción, tenia miedo de lo que pueda decir y hacer.
Pero sobre todo tenia miedo de que se alejara otra vez, su compañía ya no me molestaba, sentía que había hecho mas divertidos mis días, empecé a necesitar de él, tanto como necesito a Alex.

—¡¿Qué hago en tu casa?!

Levante la cabeza.
Gran error, sus ojos me penetraban y me hacían sentir indefensa.

—Estabas ebrio, no podía dejarte así.

—¿Y eso que? Yo no te importo, tu misma me lo dijiste.

Cierto, él no me importa.
Pero ¿Por qué me preocupe por él en ese momento?

—No podía dejarte ahí.
—Estabas preocupada por mi
¿verdad?

Su rostro escondía una sonrisa, no era una de alegría exactamente, era mas una sonrisa de nerviosismo.

—No me importas, ya te lo dije una vez, lo que te llegue a pasar me da igual.

Se acerco un poco mas a mi, a tal  punto de poder sentir su respiración y hacer que en todo mi cuerpo corriera un hormigueo.

—Lo que dices y haces no concuerdan, tu cerebro y tu boca jamás están conectados– susurro en mi oído, para luego levantarse y caminar hacia la puerta.

Antes de que su existencia dejara otra vez ese ambiente solitario en mi casa tome su brazo.

—Perdón...– susurré aferrándome a su brazo.

Oí su risa, una risa algo malvada, seria y jodidamente sexy.

Se giro hacia mi, quedando a centímetros de mi rostro.
Podía sentir el olor a licor, su respiración cálida dando en mi mejilla y una sensación recorriendo mi cuello.

Mi mano soltó su brazo, ya no era necesario que yo lo sujetara.

Su mano sujeto mi mentón dejando un espacio corto entre nuestros rostros.

El tiempo parecía hacerse eterno, ninguna palabra, no necesitaba ninguna palabra para sentir que mis piernas perderían el control y caería.
Su mirada intensa, perforando la mía.
Todo me hacia ver indefensa.

Hasta que finalmente decidió romper el silencio.

—Tendras que arrodillarte para que yo te perdone – susurro.

Soltó mi mentón y salio de mi casa.

Paso un tiempo para que yo pueda razonar lo que acababa de decir.

¿Arrodillarme ?

He perdido el orgullo rogándole tantas veces a Alex, pero aun así tengo algo de orgullo.

Un tirin tirin me saco de mis pensamientos.

Conteste el teléfono al ver el número.

—Hola?– contesté.
—¡Fabi! Necesito que me hagas un favor.
Se escuchaba el ruido, la voz de una chica, la voz de varias chicas, la musica fuerte, y esa voz que reconocería en cualquier lugar.

—¡Alex! Dime que necesitas.

—Necesito que me vengas a recoger, todos estamos algo ebrios y no podemos manejar asi.

Tendré que recogerlo.
Hace frío y me duele la cabeza, pero tendré que ir a recogerlo.

Solo había olvidado un pequeño detalle, no tenia el auto, ni tampoco tengo licencia para conducirlo.

Salí de mi casa y tragandome el orgullo que me quedaba toque la puerta de Derek.

—Hola linda, ¿Buscas a Derek o a Mark?– preguntó la mamá de Derek.
Una mujer muy dulce como para ser madre de ese engendró.

—Necesito que Derek me haga un favor.

Sin decir mas, la mamá de Derek trajo arrastrando a su hijo.
Mientras este se aferraba a lo que encontraba en su camino.

—Espero que estés aquí para pedirme perdón de rodillas– dijo Derek una vez que su mamá nos dejo.

Mi dignidad estaba mas pisoteada que un chicle.

Necesitaba que alguien me llevara, el único que me puede llevar ahora es Derek.

Jamas pensé tener que arrodillarme frente a este idiota.

—Necesito que me lleves a un lugar.

Derek quedo con los ojos muy abiertos.
Miro hacia otro lado y me extendió una mano.

—Debes tener muy poca dignidad, ¿a donde?– me pregunto con un tono serio.

—A una fiesta.

Me miro con una ceja alzada y se tocó el mentón.

—¿Para qué?

—Necesito recoger a Alex, esta ebrio y no puede manejar...

Su rostro cambio por completo.
Sus ojos me perforaban.
Negaba con la cabeza y estaba a punto de cerrarme la puerta en la cara.

—Tan solo esta vez....Tan solo esta vez haz lo que te pido– dije empujando la puerta antes que me la cerrara.

Joder, su rostro no decía nada aparte de “Jodete por mi puedes irte caminando” pero de su boca salio la respuesta que tanto quería pero no esperaba.

—Sube al auto.

Camino a la fiesta solo hubo un conjunto de sentimientos encontrados para mi, tal vez para el también, pero aun no se como puede lograr que se vea tan tranquilo en una situación tan tensa.

Policías fuera de una casa, olor a cigarro, musica fuerte, sin duda era la fiesta en la que estaba Alex.

Continuara.... *hay se siente tan bien escribir eso*
♣Gabriela

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2016 ⏰

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Me cansé de ser el caramelo de mentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora