Capítulo 6 : "Dicen que la lluvia son las lágrimas del alma"

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"Narra Jade"

Corrimos como si nuestras vidas dependieran de ello, ¿esperen?, EN REALIDAD SI DEPENDIAN.

El cielo se había tornado de un gris desafiante, eso me hizo acordar a los bellos ojos de Ayra.

<<"CONCENTRATE, IDIOTA">>

Ayra tenía la respiración agitada al igual que la mía, ambos cubiertos por una fina capa de sudor en nuestro acalorados rostros, pude observar que ella no había soltado mi mano, y yo no pensaba hacerlo.

Dominados por el cansancio, nos detuvimos en una plaza cerca de una hermosa y inmensa biblioteca que debía tener más de dos siglos de antigüedad, amaba pasar mis solitarias tardes en esa añeja biblioteca.

Ayra se encontraba sumergida en sus propios pensamientos, no me había dirigido la palabra desde que habíamos escapado, seguro aquel psicópata nos acabaría de un solo golpe, y temía por la vida de Ayra, ¿acaso adonde iría?, ¿tendría mas familiares?.

Tantas preguntas, y ninguna respuesta.

Pero me tranquilizaba el hecho de que ella este junto a mí, eso me daba una señal de que no quería apartarse de mi lado.

- Ayra... - susurre.

Ella no respondió, en este instante el cielo comenzó a teñirse de un color grisáceo mucho más intenso, el sonido de la tormenta comenzó amenazarnos, y ya era demasiado tarde, el sol se había escondido en los salvajes montes que se contemplaban a lo lejos.

- "No tengo a donde ir..."- musito, abrazándose a sí misma.

- ¿Cómo que no tienes a donde ir?, ¿acaso tus padres no viven contigo? – me atreví a preguntar, aunque sabía que era de mala educación.

Ella se quedo en silencio, note como sus carnosos labios temblaban al compas del viento que nos comenzaba asechar con fuerza, su cabello cubría nuevamente su perfecto rostro, y notaba como intentaba no derrumbarse.

- Yo, yo lo siento, soy un idiota. – dije cubriéndome el rostro con ambas manos.

- Enserio no quise meterme en tu vida, pero cuando vi como ese idiota se atrevía a dañarte, me dieron ganas de asesinarlo, sé que es una locura porque no nos conocemos, pero siempre podrás contar conmigo Ayra...

Ella abrió los ojos plenamente sorprendida, y un leve rubor acaricio su rostro.

- "Yo... lo siento, Jade". – susurro.

<<JADE>>

<<HABIA DICHO MI NOMBRE, SUS HERMOSOS LABIOS HABIAN PRONUNCIADO MI NOMBRE>>

Tarde en responder, por el impacto de sus leves palabras.

- No tienes que disculparte Ayra, ten estas temblando. – le dije mientras le entregaba mi campera.

Ella la recibió algo dudosa, pero igualmente aceptó agradeciéndome.

- ¿Por qué me salvaste? – cuestiono observando el cielo.

- Yo...

- Descuida, no tienes que darme explicaciones, solo quería agradecerte. – sonrió ligeramente.

<<DIOS, SU SONRISA ES PERFECTA>>

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