Eran las 10:00 am de un miércoles, yo estaba ansiosa ¡por fin iría a la cómic-con! Estaba preparando mis cosas cuando siento un grito de mi hermana; era tiempo de apurarme. Ya con todo listo y una gran sonrisa en mi rostro me subo al auto y el viaje empieza.
Mire la hora y decidí apurar a mi hermana; íbamos a llegar tarde y eso me quitaría tiempo.
-¡Por fin!-exclame demasiado excitada.- y justo a tiempo- dije mirando mi reloj eran las 12:00 hs.
-A las 18:00 hs te busco y no quiero cambios -dijo mi aburrida hermana mayor.
-Okey- dije fríamente
-¡Chauu! - saludamos las dos al mismo tiempo.
Una vez dentro me sentía como una niña, este era mi mundo; yo pertenecía a este lugar que tantas veces había soñado.
-Son todos como yo -dije en voz baja casi como un susurro- No soy diferente, no soy rara.
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Fascinada con aquella vista inmejorable no escucho a la muchacha que le pedía indicaciones; al darse cuenta que le hablaban subió la vista de aquellas piernas kilométricas para encontrarse con unos ojos cafés que la miraban con diversión. Al verse descubierta, decide salir corriendo al baño; al mirarse en el espejo nota que se ha sonrojado a causa de la vergüenza.
Ya más tranquila, sale del baño esperando no volver a encontrarla, aunque su corazón no opine lo mismo. Mientras elegía que cómic comprar sintió que alguien la abrazaba por detrás, con un perfume que la dejo embriagada. Se quedo quieta esperando; pero no pasaba nada. Hasta que escucha una voz susurrándole.
-Quiero verte en diez minutos en el baño.
Y sin decir nada más aquella muchacha se aleja, dejándola sola con sus dudas; ¿Quién era ella? Y ¿Qué quería?
No sabía que hacer. Estaba muy nerviosa y asustada pero la única forma de darle respuesta a sus preguntas era ir a la cita. Mira su reloj y decide ir antes de lo pactado para retocar su maquillaje. Mientras más se acercaba la hora más nerviosa se ponía lo que le pareció raro.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no sintió la puerta abrirse; Al darse vuelta encontró esos ojos cafés mirándola de arriba abajo, acompañados por una cabellera rosa y unos labios que la incitaban a besarlos, ese pensamiento le pareció muy extraño ya que a ella no le gustaban las mujeres.
Aquella extraña mujer decidió presentarse.
-Soy Renata -dijo mirándola fijamente a los ojos.
- Yo Isa-logre decir titubeando.
Aquella mujer le provocaba a Isa sentimientos nuevos, cuando escucho su nombre sintió unas cosquillas en el estomago y se pregunto si aquellas eran las tan famosas "mariposas" de las cuales todas hablaban; ella nunca las había sentido con sus anteriores novios.
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Dos mitades
Short Story-Quiero verte en diez minutos en el baño. y sin decir nada más aquella muchacha se aleja, dejándola sola con una interminable duda.