Capítulo 6

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Aquella mañana se levanto decidida a olvidar lo ocurrido el día anterior y hacer de cuenta que aquella muchacha nunca existió y que nunca se sintió tan bien como cuando estuvo con ella.

Isa se vistió sin ganas para ir a su colegio, otro día interminable en aquella prisión de tiza; odiaba su uniforme, la forma en que le quedaba, la hacía ver gorda, odiaba a sus compañeros aquellos inmaduros que solo servían para ocupar un lugar y ni hablar de los profesores. Ella no quería ir, sabía que al poner un pie en ese lugar seria la rara, la distinta, ella no encajaba en ningunos de los grupos de sus compañeros.

-¡Is!- siento a Mary gritar-¡A desayunar!

Mientras bajaba, sentí el timbre sonar; decidí quedarme arriba para escuchar con quien hablaba mi hermana.

-¿Qué haces aquí?- sentí la voz de mi hermana preocupada.

-Lo siento, pero necesito verla- escuche a una voz masculina que no llego a reconocer.

-Vete, Is no te necesita- al decir esto cierra la puerta de un portazo.

Empiezo a bajar las escaleras y veo a mi hermana muy preocupada.

-¿Quién era?- le pregunto.

-Nadie, solo un vendedor.

El desayuno transcurrió de lo más normal; Isa tomo su taza de café y Mary su gran desayuno.

-¡No entiendo como haces para no desayunar! No se puede empezar un día sin comida- dice Mary con júbilo.

Yo no estaba de humor para bromas así que solo la mire, demostrándole lo mucho que me había desagradado la broma.

Termine mi café y subí a mi habitación para buscar mi mochila. Al entrar veo que mi computadora tiene una nueva solicitud en facebook. No la iba a mirar pero, ¿Qué puede cambiar? Abro la solicitud y ahí está ella, es su foto, es su nombre, es su cuenta; pero... no pudo entender como la encontró si ella había pedido que no le pasaran información.

Muy sorprendida y feliz acepta esa solicitud; ya con los gritos de su hermana diciendo que se apurara: iba a llegar tarde al colegio. Aunque quería mandarle un mensaje no pudo, su hermana cuando quería podía ser muy molesta.

-¡Ya voy!- grite apagando la computadora y bajando por las escaleras a las corridas.

Mi hermana al verme distinta, más alegre, me pregunto porque había tardado tanto en bajar. Al no obtener respuesta volvió a insistir.

-¿Hay un chico rondando ese corazón?

- Lamento informarte que SI, hay un chico- dije pensando en aquella muchacha que logro sacarme esta sonrisa.

Tendría que pensar una forma para decirle a mi hermana que me gustan las mujeres, va a ser complicado, ya que ella espera verme aparecer agarrada de la mano con un chico. 

Dos mitadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora