CAPÍTULO 8. April.

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Me baje de la moto para besar el suelo. Al final Aluhe había logrado convencerme de que viniera en moto con él. ¡Gran error!

¡A la vuelta me iba andando lo tenia claro!

-- ¡Idiota casi nos matas! -- Exclamé.

-- Tranquila mujer, cosas peores me han pasado.

Me giré para hechar a andar a la entrada del instituto.

Aun no había tocado pero aun así fui ya a mi taquilla a por los libros de mi primera clase.

Estaba cogiendo el libro de mates y mi archivador cuando alguien cerró la puerta muy bruscamente dándome un fuerte golpe en la cara y haciendo que el libro y el archivador se me calleran al suelo.
Alcé la vista para ver a la causante y me encontré con la estúpida de Tiffany y no estaba sola, traía a dos amiguitas consigo.

-- ¿Por qué has hecho eso?

-- ¿Por qué? Porque te lo merecías, o quizá porque me apetecía, no se.-- dijo con superioridad en la voz mirando sus uñas.

Luego volvió a dirigir su vista a mi y, en un acto tan rápido que ni me dió tiempo a reaccionar, me agarró del pelo y tiró fuerte hacia abajo provocandome soltar un quejido de dolor.

-- Escúchame bien estúpida, puede que ahora seas la hermanita de mi novio, pero sólo por eso te voy a joder la vida. Asique buena suerte.

Tras decirme esas terribles palabras me soltó bruscamente haciéndome que diera un traspié chocando la cabeza contra la taquilla y callendo al suelo. Todos se rieron y con todos quiero decir, no sólo ella y sus amigas sino TODOS los de alrededor.

Noté la cara húmeda y me percaté de que estaba llorando.

Joder no.

Me levanté rápidamente y salí corriendo de allí directa al baño, escuchando las risas de todos por el camino.

***

-- Y si calculamos la X de este modo...

El profesor fue interrumpido por el golpeteo de la puerta. Alguien estaba llamando.

Él fue a abrir y nos escontramos con una chica con el pelo negro revuelto, y ojos verdes. Por su expresión seria no parecía de muy buen humor he incluso intimidaba, y su camiseta negra con una destacable calavera blanca no ayudaba en nada con lo último.

-- Señorita Rennigar llega usted media hora tarde...

-- Sí sí sí, ahorrese el sermón y déjeme sentarme.

-- Si vuelve a llegar tarde una vez más tendré que mandarla con un parte a dirección.

-- ¿Y a mi que? Siga dando la clase ¿quiere?

Me sorprendió la forma tan tosca y maleducada que tenia esa chica de contestarle al profesor.

--¡April comportate!

Ella se sentó a mi lado puesto que era el único sitio libre. Al parecer en este instituto los pupitres eran para ponerse por parejas.

El profesor siguió dando su clase y vi como la chica llamada April se acomodaba en su asiento poniendo sus dos brazos cruzados bajo su cabeza y cerró los ojos.

Pero los volvió a abrir para mirarme de reojo.

--¿Y tu que miras?-- Me dijo despectiva.

-- Nada.

Aparte la vista y ya no la volví a dirigir más en su dirección. Lo último que quería era más problemas con otra chica, ya tenía suficiente con Tiffany.

***
Me encontraba en el recreo paseando sola por los pasillos cuando algo me detuvo. Vi a Tiffany y su pandilla de amigas apoyadas en mi taquilla. Me estaban esperando.

Mis tripas rujieron pidiendo comida, pero casi que prefería morirme de hambre a tener que enfrentarme con esas para sacar la merienda de mi taquilla.

Me giré dispuesta a irme pero choqué contra alguien. Alcé la vista para ver a un chico fornido y musculoso de pelo rubio que me miraba con cara maliciosa.

-- ¿A donde creías que ibas?-- Me dijo burlón.

Me agarró de la muñeca bruscamente y me arrastró hasta donde estaban las chicas, a pesar de mis inútiles esfuerzos por zafarme de su agarre.

-- ¡Suéltame! ¡Suel...!

Me empujó contra las taquillas haciendome gran daño en la espalda.

-- Hola estúpida, ¿cuanto tiempo no?-- se burló Tiffany. -- Sabes tenemos ganas de divertirnos un rato, pero no sabes que hacer ¿a ti se te ocurre algo?

Yo la miré aterrada.

-- Por favor dejadme en paz, ¡yo no os he hecho nada!

-- ¿Que tal si la encerramos en el cuartucho de limpieza?

--¿¡Que?!

¡No no no! ¡eso no!

¡Era claustrofobica, no podían encerrarme en un espacio tan pequeño como el del cuartucho de la limpieza!

El chico tiró de mi brazo para ponerme en pie con brusquedad y hecho a caminar arrastrándome con él seguido de las chicas.

No tardé en ver mi prisión y en menos que se tarda en decirlo me encontraba aporreando la puerta desesperada por salir de ese sitio tan pequeño.

Oí cómo se alejaban riendo dejándome allí sola.

***

Llevaba ya por lo menos una hora allí encerrada, estaba acurrucada en una esquina sin parar de sollozar cuando escuché el chasquido del pestillo por fuera y luego la puerta abrirse.

-- ¿Hay alguien ah...? ¡O Dios mio!

La chica se abalanzó a ver como estaba y yo alcé la vista para percatarme sorprendida de que era April, la chica rebelde de antes.

-- ¿Que haces aquí?-- preguntó extrañada mientras me ayudaba a levantarme.

-- Y...yo me... me encerraron...-- apenas era capaz de vocalizar.

-- Fueron las zorras de Tiffany y su pandilla ¿verdad?

Yo asentí.

-- Hijas de puta, ya se están pasando un huevo... -- Se interrumpió al verme. -- ¿Olle estas bien? Estas muy pálida.

Yo negué con la cabeza.

-- No, creo que voy a...

No me dio tiempo a acabar la frase y heché la cabeza a un lado para devolver todo el desayuno. Esto era lo que me pasaba cuando me ponía nerviosa y con ataques de pánico, me entraba mal estar y náuseas.

Noté cómo ella me sujetaba el pelo aunque manteniéndose a cierta distancia asqueada por el vómito.

Una vez acabe ella me dijo:

-- Será mejor que vallas a la enfermería, vamos yo te acompaño.

Yo asentí con la cabeza y salimos de ese terrible cuartucho para dirigirnos a la enfermería.

Mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora