Capítulo 3

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Malla retrocedió hasta donde pudo, era algo inexplicable lo que veía, no podía ser cierto, se estaba volviendo loca; no existían los vampiros, eran criaturas hechas para asustar a los niños, o eso creía ella..

-No quiero asustarte - dijo Ethan - pero es necesario, para que me creas.

- ¿Cómo es posible eso? - Malla no sentía miedo de Ethan, pero si estaba asustada, asustada de que sea cierto todo lo dicho por él.

- Soy un vampiro - dijo el - un vampiro convertido. La mayoría de nosotros son convertidos por otros; sólo la familia de Stephanie son vampiros desde que nacen.

- ¿Quién te convirtió? - Malla le creía, sabía que todo lo que decía era verdad, pero no quería que fuese así, eso significaba que su padre le mintió durante toda su vida y peor aún, que ella era como el.

- Carl, mi padre, Carl era médico, un día me encontró tirado en las calles, recuerdo que me habían asaltado después de haber tomado - sonrió con tristeza - trato de salvarme pero ya era demasiado tarde, dijo que no podía dejarme morir, así que me convirtió.

- Ethan esto es demasiado para mi - dijo Malla - si todo lo que dices es cierto, quiere decir que también soy vampiro, pero eso no es imposible; yo jamás he tomado sangre - y tenia razón Malla jamás se le ocurrió beber sangre, y se supone que los vampiros toman sangre.

- No sólo eres vampiro, también eres humana; tu padre era humano, eres la primera mestiza en el mundo, así que no sabemos como te alimentas ni que poderes tienes. - Malla asintió, su papá era humano y su mama vampiro, ¿eso era posible?

- Todo es tan confuso - Malla se sentía mareada, a ella le daba náuseas la sangre; cuando iba a las carreras de autos y veía sangre su estómago se retorcía - gracias por decirme la verdad, pero no quiero saber nada de vampiros.

- No entiendes, tu madre murió protegiéndote, y no sólo porque te amaba, también por la profecía; tu eres la única que puede vencer a Lucius. - Volvía a escuchar ese nombre y la piel se le volvía de gallina; el era el que había matado a su madre.

- ¿Y que se supone que haga? No se nada de lo que hablas, además soy totalmente normal, no tengo poderes, ni colmillos, ni lindos ojos azules, no soy un vampiro - Ethan sonrió, y Malla sabía que había hablado de más.

-¿Crees que mis ojos son lindos? - dijo Ethan, Malla lo creía, pero no estaba dispuesta a aceptarlo delante de él.

- Esto es serio Ethan, no estoy para bromas - Ethan dejo de sonreír - Cómo crees que me siento, toda mi vida a sido una mentira, mi mama no murió como creía, mi padre me mintió desde que nací, ahora vienes y me dices que debo cumplir una profecía, y para terminar, resulta que soy vampiro.


- Se que es difícil, créeme, pero es algo que debemos hacer - Malla pensó que no sería tan malo si estaban juntos, pero al instante descarto ese pensamiento - Tu debes cumplir la profecía y yo debo ayudarte.

- ¿Por qué Ethan? ¿Por qué quieres ayudarme?

- Porque se lo prometí a mi padre, y siempre cumplo mis promesas. - Respondió Ethan.

- Bien, entiendo - Malla sabía que el nunca se daría por vencido, así que trato de poner paños fríos. - Acepto, pero ahora solo quiero dormir.

- ¿Qué aceptas exactamente?

- En que me ayudes con lo que sea que me tengas que ayudar.

-Bien - Ethan sonrió - Regresare con mis cosas. - Malla no comprendía, ella había aceptado que le ayudará, ¿Por qué traería sus cosas?

- ¿Tus cosas?

- Claro, aceptaste mi ayuda, y con eso, que te proteja - Malla había entendido, el quería mudarse con ella.

- Ni lo sueñes, no vendrás a vivir a mi casa. - "Claro que no" pensó. Malla no podía dejarlo, acababa de conocerlo, además que pensarían las personas si viviera sola con el.

- Malla, estas en peligro, Lucius hará lo que sea para encontrarte; no puedo permitirlo - El tenía un buen punto, pero ella aún estaba dudosa - Aquí podré protegerte.

- Ethan, no se como es por donde vives, pero aquí, si un hombre y una mujer viven solos, no es precisamente para ver películas. - Ethan sonrió, toda esta situación le parecía graciosa, Malla era linda, como su padre la había descrito además tenía carácter, eso le gustaba - Además tengo novio, no creo que a él le guste - Ethan dejo de sonreír.

- Si te quiere entenderá - Ethan ya no sonreía - No es discutible, iré por mis cosas - Dijo, y salió de la habitación.

Malla se quedo parada sin nada mas que decir, Ethan ya había decidido y ella no lo evitó; se sentía amarga, pero con ella, no era posible que haya dejado decidir a un chico que acababa de conocer, era su casa.
Se le ocurrió una idea, cogió una hoja y empezó a escribir, si Ethan iba a vivir con Malla, ella pondría sus reglas.

Ethan había regresado a la casa de Malla, se la paso todo el camino pensando, Malla tenía novio, se sentía furioso, y no sabia porque; "es lógico" se dijo, ella era hermosa.

Dejo su pequeña maleta en la mesa, no había traído mucho, solo lo esencial; Entró al despacho con la esperanza de encontrar a Malla, pero no estaba y en su lugar había dejado una nota.

Ethan, ya que no me queda otra opción, tendré que aceptar que vivas aquí. Pero tengo algunas reglas:

*Primero: nada de tomar sangre en la casa, se que eres un vampiro y la necesitas, pero en la casa no.

*Segundo: no me das órdenes, estas aquí para ayudarme, nada mas, debes respetar mis decisiones.

*Tercero: nunca he vivido con alguna otra persona que no fuese mi padre, así que no se como funciona esto, pero esta rotundamente prohibida la entrada de mujeres a mi casa.

PSDTA: No pude esperarte, tu cuarto esta subiendo la escalera, la cuarta puerta, buenas noches.

Ethan volvió a leer la nota, y sonrió, el no tomaría sangre ahí, eso lo sabia; también sabía que debía respetar sus decisiones, era su casa después de todo, pero el tercer punto fue el que le pareció más gracioso, el jamás traería a nadie a su casa, el solo estaría con una persona, el sabía que la encontraría, así como lo hicieron los padres de Malla, el encontraría a su alma gemela.


Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora