Almas Gemelas

Capitulo 4

Esa noche ninguno puedo dormir bien, Malla pensaba en todo lo que se había enterado, estaba aterrada con todo el tema de los vampiros, hasta el día anterior sólo eran criaturas inexistentes; sin embargo, Ethan le parecía lindo, sentía que podía confiar en el y eso la asustó, ella jamás hubiera dejado que otra persona durmiera en su misma casa, Ni siquiera se lo permitió a Josué; pero con Ethan todo era distinto.

Ethan por su parte no podía dejar de pensar en el novio de Malla, se sentía demasiado celoso aunque no quería admitirlo, el jamás había sentido eso por nadie; es cierto que había tenido novias, pero con ninguna tuvo la necesidad de sentir celos, ese sentimiento era desagradable sin duda.

Malla se levantó temprano para ir a trabajar, si bien estaba enojada con su papá, por ocultarle todo, no podía dejar de velar por las empresas que con tanto esfuerzo su padre saco a delante.

-Parece que ya estas despierto - le dijo a Ethan cuando entró a la cocina.

- Hay cosas que deberías saber de los vampiros - Respondió Ethan mordiendo una tostada. - por ejemplo, solo necesitamos un par de horas para descansar.

- Claro, ya veo - respondió Malla tomando el jugo que había preparado Ethan. - Iré a trabajar.

- Yo te llevo - Respondió

- No tienes porque hacerlo, es seguro - Malla sabía que Ethan se preocupaba por ella, pero no podía depender de el, jamás había dependido de nadie.

- Ahora nada es seguro, solo te llevo y regreso - respondió el. Malla acepto.

- Hoy Rosa y Juana vendrán a limpiar la casa, trátalas bien - dijo Malla cuando estaban en el carro, los lunes y martes Rosa y Juana se ocupaban de la casa - Son como de la familia.

- Claro - respondió - Malla tenemos que empezara entrenar. - dijo Ethan cambiando de tema, el quería que Malla pueda dominar sus poderes para que Lucius no pueda dañarla.

- Bien, pero esta semana estaré muy ocupada, el fin de semana practicaremos.

- Trato hecho - Sonrió - Llegamos, ten un lindo día.

La semana paso volando, Ethan siempre llevaba y recogía a Malla, habían mejorado su relación, y Malla estaba cada vez más confundida; no había visto a Josué desde el lunes, y tampoco tenía muchas ganas de verlo. Cada vez que el la llamaba, ella se excusaba con el trabajo.

-Tenemos que empezar a entrenar - le dijo Ethan, cuando Malla entró a la cocina -Pero antes tienes que prometerme que confiaras en mi.

- Claro - acepto Malla, Ethan se había ganado su confianza, de eso estaba segura.

- Bebé esto - Le dijo Ethan mientras extendía un pomo plomo.

Malla lo miro extrañada, pero aceptó; llevo el pomo a sus labios y bebió el líquido, no sabia que era, se sentía viscoso pero no le importo y tomó hasta la última gota, cuando dejo el pomo, se sintió distinta, sus sentidos se agudizaban, podía escuchar como jugaban los niños en el parque de la esquina, los olores eran intensos; su cuerpo había cambiado, sentía como le pesaban los músculos, y su boca, sobre todo su boca, ya no estaba su dentadura "normal", en su lugar habían dos colmillos, dos grandes colmillos.

-¿Qué me diste? - pregunto asustada.

- Sangre - Respondió Ethan, Malla no podía creer que Ethan le haya dado sangre, ella confío en el y el le dio sangre.

- Rompiste las reglas, yo confíe en ti y tu me diste sangre - Grito, Malla esta perdiendo el control, estaba furiosa y quería golpear a Ethan.

- Yo no rompí las reglas, la regla decía que YO no podía beber sangre - Malla se enfureció más, si eso decían las reglas, pero era su cuerpo y el nunca le pregunto.