Capítulo 7 - ¡Paintball!

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Louis se unió a Lin y Paul cuando estos últimos entraron al espacio donde le realizaban las entrevistas, estas habían concluido minutos antes y el más joven ya no estaba envuelto en plástico de burbujas para embalar. 

― ¿Dónde estaban? ―dijo Louis tratando de parecer cordial al ver a los otros dos llegar sonriendo, algo que el joven no le parecía muy común y menos de ellos dos que ambos eran unas estatuas vivientes, rara vez sonreían.

― Paul me invitó un café, así que acepté ¿Verdad Paul? 

― Claro ―abrazó a Lin por el hombro apretándolo― La entrevista se hizo algo larga y nos aburrimos. ¿Qué tal terminó todo Louis?

― Todo terminó bien señor ―ya Louis había dejado de ser cordial― ¿Nos vamos? ―preguntó a la chica y comenzó a caminar hacia la salida― Adios Paul ―se despidió cuando pasó a su lado.

― Adios Louis ―estrechó su mano y se despidió de Lin― Te llamo luego.

―Gracias, nos vemos ―Lin se despidió y siguió a Louis hasta la entrada, justo cuando él iba a pasar primero, ella se metió en su camino pasando antes― Las damas primero.

― Ashh ―trató de seguir el juego pero ya Lin había pasado y ahora llegaba a su auto, Louis llegó poco después y entró al mismo― "Las damas primero" ―dijo imitando una voz chillona mientras movía las manos y hacia caras graciosas, Lin trató de reprimir una sonrisa―Ahora, ha comenzado mi turno del reto.

― ¿Qué tienes en mente? ―ella alzó una ceja esperando cualquier cosa, con él todo podía pasar.

― Quiero tener una cita contigo ―ya Louis daba marcha al auto para sacarlo del estacionamiento. 

― ¿Una cita? Y... ¿Cómo de que tipo? Si se puede saber claro. 

―No, no se puede saber, lo verás cuando lleguemos. 

 Lin rodó los ojos.

― Con tal que no me lleves a un estanque de caimanes para nadar en el todo está bien.

―Qué comes que adivinas preciosa.


///


Cuando Louis volvió a estacionar el auto habían recorrido bastantes millas, las suficientes para que Lin no se ubicara bien, solo estaba segura que era una zona boscosa, pasaron por un camino de tierra y al final de este había un gran letrero en el que se leía campo de tiro, y mas allá habían muchas cabañas.

― ¿Un recinto militar? ―inquirió Lin bajando del auto― Esa es tu idea de una cita.

― Espera y verás ―Louis le sonrió en respuesta.

En es instante un hombre de unos cuarenta años se acercó sonriendo y dándole un abrazo luego a Louis a modo de saludo, la verdad era bastante alto y musculoso. 

― Mark, tiempo si verte.

― Lo mismo digo Tomlinson ―ya el alto había soltado a Louis y ahora bromeaban unos con otros, hasta que diviso a Lin― ¿Ella es tu acompañante que mencionaste por celular?

― Ella misma ―dijo el joven metiéndose las manos en los bolsillos.

― Mucho gusto señorita, Mark Weaving para servirle ―él extendió su mano y Lin se la estrechó.

― El placer es mío. Soy Lin-Q ¿Usted trabaja aquí? 

―Claro, a decir verdad vivo aquí. ¿Louis no te lo digo?

Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora