Disobey || #Wattys2015

Capítulo 5: Sustos (segunda parte)

Brooke Lewis

Intenté forcejear para librarme de su agarre, pero era bastante notoria la diferencia de fuerza. Tenía los ojos cerrados con fuerza, así que como pude intenté poner mis manos en el brazo de mi agresor e intentar retirarlo, pero fue en vano.

Intenté gritar pero la mano en mi boca me lo impedía. Lo que hubiera dado en ese momento para que Brad estuviese allí para poder ayudarme.

Me removía inquieta entre esas dos manos que me tenían presa mientras quién quiera que fuera me llevaba hacia algún sitio.

Lágrimas de miedo e impotencia se acumularon en mis ojos, provocando que estos se cristalizaran.

Hice un amago de intentar girarme para poder ver quién era más no pude, entonces ya me empecé a enfadar, pero conmigo misma. ¿Por qué no le hice caso a mi madre cuando me dijo que tomara clases de defensa personal? ¿Por qué nunca me había siquiera molestado en aprender a auto defenderme de una mosca? ¿Quién demonios me había mandado irme a esa puñetera habitación y quedarme dormida, para despertar completamente sola en casa? Yo. Yo era la culpable. Maldición, y otra maldición. Triple maldición.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que el agarre se había aflojado, supuse que porqué había dejado de forcejear. Aproveché la oportunidad y de un tirón en seco me deshice de su agarre, dándome la vuelta lo más rápido que pude para encarar a ese individuo.

La tranquilidad me invadió para después dar paso a una rabia y a un coraje bastante más grande que la primera.

Apreté mis puños y cogí aire, menudo imbécil.

-¿Es que acaso no tienes otras maneras de aparecer o qué? –le grité mientras veía su semblante divertido.

-Sí, pero esta era la más divertida –dijo y seguidamente estrellé la palma de mi mano en su mejilla causando que su rostro quedara mirando hacia un lado.

-Eres un completo idiota, no sabes cuánto me has asustado, lo he pasado realmente mal. –Dije con lágrimas aún en mis ojos y eché a caminar hacia la casa.

Brad se había pasado con su asquerosa "broma".

Tenía ganas de llorar, por todo, por tener que irme a vivir con este chico, dejar a mis padres, el susto... Era bastante en un día. Pero aguanté las enormes ganas y subí a la que en ese momento era mi habitación.

Cerré la puerta con un portazo y me tumbé en la cama, no sabía que sentir.

Escuché unos pasos acercarse y después tres golpes en la puerta. No contesté. Esta se abrió y dejó a la vista un Brad con el rostro preocupado, simplemente cerré los ojos e hice como si no estuviera. Sentí como pasaba su brazos por debajo de mi y me cargaba al estilo novia. Giré mi cara y la enterré en su pecho, estaba calentito.

Escuché como abría una puerta y deduje que era la de su habitación, sentí como me depositaba suavemente en la cama y me preguntaba si quería ponerme un pijama a lo que negué con la cabeza. Abrió las sábanas y me metí dentro de ellas, extrañamente en casa de Brad el clima era frío. Se quitó la camisa y rodeó la cama, sentí como a mi lado el colchón se hundía y después unos brazos rodeaban mi cintura y me atrajeron hacia sí. Noté como el cuerpo de Brad estaba caliente así que me acerqué más hacia él y me acurruqué entre sus brazos, acomodé mi cabeza en su pecho y escuchaba el rítmico sonido de su corazón latir. Estaba tan tranquila y cómoda que no me di cuenta en qué momento pasé al mundo de la semi-inconsciencia.

****

Me desperté a causa de un molesto dolor, mi barriga. Intenté moverme aún con los ojos cerrados pero se me hizo imposible: los brazos de Brad estaban a mi alrededor sujetándome firmemente. Abrí mis ojos y me encontré con un pecho tatuado en frente. Resoplé e intenté liberarme de su agarre, pero como era de esperar, no pude. Saqué mis brazos que estaban escondidos entre mi cuerpo y el del mastodonte que tenía como compañero de cama en ese momento e intenté separar sus brazos, pero fue otro intento fallido.