Disobey || #Wattys2015

Capítulo 6: La visita

He re-subido el capítulo, ya que me han llegado mensajes y he visto comentarios dónde decía que no se veía el capítulo, perdón:)

No pude subir el otro día como os dije porqué no tuve tiempo de acabar de escribir el capítulo y tenía que irme con la familia, espero que lo podáis entender.

Aquí tenéis el capítulo, ¡que lo disfrutéis!

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Brooke

El camino fue silencioso, la verdad es que fue un trayecto un tanto nervioso, pues iba a conocer su –ahora también mía- familia.

De mientras, iba mirando por la ventana y me concentraba en el paisaje, por dónde íbamos pasando, los colores, las formas... Lo analizaba todo.

-Ya falta poco para llegar –anunció Brad un rato después de que entráramos por una entrada a un inmenso bosque.

Asentí con la cabeza en señal de aprobación, pero supuse que no se había percatado, pues iba conduciendo y por ende mirando al frente.

Íbamos haciendo camino por dentro un verde bosque. Los árboles eran gigantes, deberían medir por lo menos cinco metros el más pequeño. También habían arbustos por los lados del pequeño sendero por el cual estábamos pasando. Todo era muy verde, a excepción del cielo, que como es común en Rumanía, estaba gris debido a las grandes y espesas nubes.

Poco a poco los árboles fueron desapareciendo hasta tal punto en que llegamos a lo que era el final del camino; en frente nuestro se encontraba una terroríficamente grande –y os aseguro que no exagero- casa. Ésta estaba rodeada por unas rejas que acababan en punta. Pude divisar que por al lado de la casa había otro camino de tierra, pero lo ignoré y volví a centrar mi atención en la gran casa.

Al salir de mi profundo trance, me percaté de que Brad estaba mirándome.

-¿Es que acaso tengo ratas en la cara o algo? –pregunté cortante.

Él se rió de mi mal humor y me contestó.

-No, claro que no, tan sólo miraba tu cara cuando estás concentrada en algo, es muy graciosa. –Se rió ante mi cara de incredulidad.

-Anda, bajémonos de este trasto antes de que me arrepienta de haber venido. –Le corté tajantemente.

-Vale, vale –dijo levantando las manos en señal de derrota-.

Una vez estuvimos los dos fuera del coche, nos dirigimos hacia la reja que había como portón, y ésta se abrió automáticamente cuando estábamos a apenas diez pasos de ella.

Entramos e hicimos nuestro camino hacia la puerta de la casa pasando por el muy grande y verdoso jardín, el cual hacía pinta de estar más cuidado que un reciente bebé en una muy ñoña familia.

Una vez llegamos a la puerta, Brad picó tres veces seguidas. Cinco segundos después, se escucharon pasos provenientes de dentro la casa acercándose a la puerta. Ésta se abrió dejando al descubierto una bellísima mujer de unos cuarenta y tantos años y tez pálida –pero no mucho-, ojos color avellana claro, sumamente alta y delgada.

-Oh, cariño –saludó abriendo la puerta y haciéndose a un lado para que pudiésemos pasar-, veo que ya la has encontrado. –Finalizó con una gran sonrisa-.

Brad le dedicó una gran sonrisa y tiró de mi hacia dentro la casa, arrastrándome con él. Una vez estuvimos dentro de la casa, Brad me apretó contra su lado y sonriente habló.

-Mamá, te presento a Brooke Lewis, mi mate –dijo con un brillo que no supe descifrar en sus ojos.- Brooke, ésta es mi madre, Rebeca Porter.

Tragué saliva notoriamente y le sonreí lo mejor que pude. Ella me devolvió la sonrisa y me tiró hacia sus brazos en un gran abrazo. Al principio me quedé quieta, pero al cabo de unos segundos le devolví el abrazo efusivamente.