Porque somos jóvenes

10:46 DOS DÍAS ANTES

Nota importante al final del capítulo

CAPÍTULO 3
A dos metros más cerca del trono

*MacKenzie*

Estaba demasiado emocionada y nerviosa para la noche del sábado. Tan solo quedaban dos días y ya, ya estaría en la fiesta.

Me propuse que esa noche, ese precisó sábado a la noche de  principios de mayo sería el día en el que todo cambiaría. Estaba dispuesta y mentalizada que esa noche pasaría algo entre Finn Withmore y yo, MacKenzie Fitzgerald.

Tenía todo pensado, mi ajustado vestido negro a cinco dedos por arriba de las rodillas, un vestido que se ajustaba a mi cuerpo. Mi pelo marrón claro suelto en perfectas ondas y esos preciosos zapatos de tacón negros, los cuales eran de Madison.

Ella siempre me decía ni te atrevas a acercarte a mis pequeños Christian Louboutin o no saldrás viva para contarlo mientras me apuntaba con su dedo índice y una expresión de lo más agresiva para ser de ella.

Madison iría a la fiesta y nos "cuidaría" aunque fuera un año mayor que yo y tuviese que estar ya en la universidad, mi querida hermana mayor se cogió un año sabático para pensar en que le gustaría estudiar. Mientras tanto, las fiestas no paraban ni un segundo en su agenda, iba a todas ellas y la de Finn Withmore, no era la excepción.

Estaba tan sumamente concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta que el profesor Gallagher, el profesor de español, me estaba hablando.

— Señorita Fitzgerald, podría decirme un poeta español del siglo XX —estaba desorientada ¿qué había dicho? 

— Em... em... Rilke— los alumnos se empezaron a reír.

— MacKenzie te he dicho un poeta español del siglo XX no checo, pero has acertado a medias lo del siglo XX. Rilke se le considera del siglo XIX —se paseo entre las mesas —aunque haya muerto a principios del siglo XX  —se puso delante de la pizarra —Buena respuesta, pero no acertada —sonrió y el timbre sonó.

Todos empezaron a recoger sus cosas y a correr para encontrarse con sus amigos. Cogí mis cosas, al igual que todos y salí de la clase despidiéndome del profesor.

Estaba a la mitad del pasillo cuando unas manos cogieron de los hombros y empezamos a guiarme hacia el laboratorio de química. Me giré a ver quien era y por poco tengo un ataque cardíaco. Milles O'Connor el mejor amigo de Finn Withmore, cerró la puerta del laboratorio. Miles de preguntas me asaltaron: ¿qué quiere? ¿ por qué estamos solos? ¿cómo es posible que Milles O'Connor sepa de mí? Y todas esas preguntas tenían la misma respuesta : estaba en problemas.

— Lo siento, lo siento, lo siento— empecé a decir intentando que mi castigo sea menos cruel de lo que ya era. Él me miró divertido— lo siento, lo siento mucho, no quería hacerlo.

Él me miró divertido— ¿Qué se supone que me has hecho?

Lo mire incrédula 

—Perteneces al trono —dije obvia levantado las manos en el aire.

— A eso —le quitó importancia.

—Nadie como tu hablaría a alguien como yo —dije exaltada.

—No creía que te ibas a poner así solo por hablarte, como tampoco sabía que te importara lo que la gente diga— frunció el ceño.

— No me importa lo que la gente piense,  pero si me importa los problemas que me puede traer estar hablando contigo— dio un paso hacia atrás. 

— Bueno, pues lo siento, yo tan solo quería pedirte si me podías ayudar.

—¿Milles O'Connor pidiendo ayuda a alguien?— pregunte levantando una ceja sin dar crédito a lo que oía. 

— Sí, ¿algún problema?— preguntó en una sonrisa. 

—No ninguno. Pero no sé en que yo —marque el yo— pueda ayudarte.

—Pues... es que no entiendo unos ejercicios de español— murmuró— y química y... física y geografía— sonrió al final. 

—Y... ¿yo dónde entro en eso? —pregunte cruzándome de brazos.

— Pues tu eres una de las mejores en estas materias y quería saber si tú me podías ayudar. Si no aprobó estas materias no podré jugar los próximos partidos y no podré graduarme.

— No —reí.

— Por favor —pidió.

— Ni de broma.

— Por favor— junto sus manos.

— Ya te he dicho que no —él frunció los labios y se puso de rodillas. Abrí los ojos.
Milles puso cara de cachorro mojado —por favor... —suplicó.

Por dentro me estaba muriendo de risa, pero tenia que hacerme la dura.

—Vale.

Él saltó encima de mí y me abrazó. Me quedé de piedra. Milles O'Connor me estaba abrazando. ¡A mí! Se separó de mí dejándome en el mismo sitio.

Él caminó de espaldas hacia la puerta.

—Mac —dijo —¿te puedo llamar Mac? —frunció el ceño. Yo asentí rápidamente —Pues... ¿Mac, vas a ir a la fiesta de Finn, Finn Withmore?

—Sí —susurre. Su sonrisa le llegaba hasta los ojos.

—Pues nos veremos en la fiesta.

Tenía que explicarles a Brooke y a Rydel lo que había pasado con Milles O'Connor en el laboratorio.

Aunque ahora mismo no lo sabía, pero me acababa de acercarme estaba a dos metros más cerca del trono.

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Hola!!! ¿Os está gustando el libro?

¿Qué pensáis sobre el señor Milles O'Connor, el príncipe del trono?

¿Os gusta u os desagrada?

Si tenéis alguna pregunta sobre el libro, podéis preguntarme.

Gracias por los votos y los comentarios.

—Lex, reina del trono.