Escena 5

1.1K 49 21
                                    

Escena 5


Compromisos y engaños


Entonces estaba yo frente a una puerta de color beige en un pasillo de hotel en el piso quince.

Saque el espejo de mi bolsa y me mire para ver si todo se encontraba en su sitio o si la luz del lugar desacomodaba mi maquillaje o lo hacía ver muy espeso, guarde el espejo y me despeine algo el cabello, levante el puño y toque la puerta. Estaba nerviosa, tal vez podría tirarlo por la ventana y correr, lástima que ya sabía mi nombre y donde estudiaba, culpa de la policía y sus interrogatorios.

— ¿Si? —

Presión alta al límite, mierda, los ojos se me cristalizaban y cuando abrió la puerta...

Era tan jodida y endemoniadamente sexy que podía llorar ahí mismo, él era lo más cercano a la perfección y a la estupidez a la vez, es que simplemente no entendía como no podía hacerle sentir nada, ¿era por mi edad?, en un año cumpliría la mayoría de edad y podría ser legal lo nuestro, claro, si es que había algo entre ambos, me conformaría con un buen polvo, no era exigente

—Hola, ¿Angelique, no? — pregunto mientras me invitaba a pasar.

—Si, y gracias— respondí enojada, ¿Cómo pudo no recordar mi nombre?

— ¿Deseas algo de tomar?, ¿algo para comer? —

—No realmente— dije examinando el interior del departamento

—Bueno, entonces algo de comer, Ger tráenos algo de café y galletas

—No me estas prestando atención— dije frunciendo el seño pero al parecer no causo verdadero impacto en el, ni siquiera me miraba

—Claro que si, y te agradezco por guardar mi celular

—de na...

—hay cosas muy importantes dentro de esa máquina que no puedo perder

—Ni siquiera estas- —otra vez me interrumpió

—Ahora muy pocos hacen eso y, Oh Ger gracias, sírvele a ella primero, de seguro desea probar tus galletas.

Realmente no lo decía de forma sincera, estaba más preocupado en los papeles que tenía delante de él que en la conversación que teníamos y yo obviamente no iba a permitir que me tratara así, menos si había usado mi mejor ropa e iba tan bien arreglada, tenia dignidad. Lamentaba que la pobre Ger pasara por el papelón pero supuse ya estaba acostumbrada a la actitud de su jefe.

—No gracias, pero supongo que tu deseas que yo me retire— dije directa y concisa— toma tu celular y creo que acabamos aquí, y la próxima vez no olvides donde dejas tus cosas, dudo que otras personas deseen devolver un celular tan caro a alguien tan desagradecido y malcriado.

—Dios santo— exclamo la sirvienta

— ¿Qué? —dijo confundido mientras tomaba una de las finas tazas delante de él— no te estoy entendiendo.

—No me importa ya, pensé que eras algo más que una cara bonita, creí que venir a devolvértelo sería algo más ameno pero no sabes como ahora me arrepiento de no haberlo botado por la ventana del pasadizo.

Me levante del sillón y casi corrí a la puerta, estaba más que enojada y quería simplemente huir de ahí, odie haber dejado mi auto en casa porque tendría que parar un taxi en un lugar donde todos se manejaban con autos.

I'm a Bitch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora