Recuerdo que era una mañana fría...de estas mañanas en las que te sientes rara y cansada...Recuerdo de que esa mañana había colegio pero no fui...
-Buenos días Lucía.-dijo mi madre con voz temblorosa.
-Emm ¿no hay colegio?-Le pregunté a mi madre.
-No cariño... Verás... Don Manuel está en el cielo...Ayer en el colegio se desmayó y llamaron a la ambulancia. Horas después falleció en el hospital...Rompí a llorar en los brazos de mi madre. Tan solo era el director de mi colegio y mi profesor de educación física pero...era como mi segundo padre...era como si fuese un ángel que había venido a educarnos a todos... Tan solo sus palabras bondadosas te emocionaban y, el colegio era feliz. Era un alma bella, una persona que no tenía maldad, que sólo pensaba en positivo y nunca en negativo... Una persona en la que confiabas.
Recuerdo sus clases de gimnasia en las que cuando lo hacía bien me felicitaba y cuando ya no podía más siempre me animaba...siempre.
Lloraba y lloraba en el dormitorio de mis padres, lloraba cómo si me hubieran arrancado el corazón... Lloraba como si todo se acababa en esa mañana. Fui a casa de mi abuela y de mis tías y, a mi abuelo le dió un bajón de azúcar...
-Lucía!!!! Lucía!!!!!- gritaban mis tías. Salí corriendo al salón y, mi abuelo se había cortado las manos...
Ese día ya no podía más... Y rompí a llorar otra vez...Llamé a la ambulancia y vino en seguida...
Fuera, en la calle, me espereban dos de mis amigas...