Capitulo 7.

1.9K 134 19
                                        

"Estoy a favor a de los derechos de los animales al igual que de los derechos humanos. Es la única manera de ser un humano completo"

Abraham Lincoln.

Kay.

Después de mi tan obvio ofrecimiento de que me abrazara Alira para que ya no tuviera frío tardó unos minutos, tengo que decir, para que pasará sus manos por mi torso mientras que pegaba todo su cuerpo en mi espalda, no había espacio entre nosotros ni para un alfiler, ella estaba tan pegada a mí que literalmente podía sentir su pausada respiración como también su pulso. Claro que yo por otro lado estaba que no cabía en mi mismo por la sorpresa, a decir verdad yo creía que se iba a negar a tal ofrecimiento ya que éramos desconocidos en algunos aspectos, sin embargo creo que eso no importó al momento de que Alira me abrazara y mientras mi mente era un mar de preguntas y suposiciones mi cuerpo era otra cosa, nunca había tenido a una hembra tan cerca y por ende mi cuerpo fue reaccionando de una manera extraña cada vez que Alira hacia un pequeño movimiento o alguna cosa insignificante.

Al momento de que los brazos de Alira tocaron el costado de mi espalda, literalmente, mi cuerpo se puso rígido mientras que un pequeño hormigueo paseaba por la mitad de mi espalda, ya para cuando Alira pego su cuerpo con el mío, el pequeño hormigueo que paseaba por mi espalda me atravesó como un rayo por todo el cuerpo, mientras que me ponía más derecho y apretaba las mano en puños instintivamente; pasaron años, a mi parecer, para que me acostumbrara al tacto de otro cuerpo cuando no se está en combate ya cuando podía luchar con esas sensaciones y controlarlas solté un gran suspiro de alivio, que fue demasiado ruidoso a decir verdad, estaba esperando la pregunta de Alira para que yo le respondiera en porqué de ese suspiro, sin embargo la suerte estaba de mi lado porque en esos momentos Alira estaba sumida en sus sueños, los cuales no creo que sean los más bonitos ya que de vez en cuando flexionaba sus dedos para formar puños y soltaba algún murmullo que no podía entender que decía.

La sensación de tenerlas tan cerca con su calmada respiración en mi espalda por poco ocasiona que me quedé yo también dormido, claro que no deje que eso ocurriera por lo que me puse a hablar con X un rato.

-X, ¿Sabes ya a donde nos vamos a ir para pasar la noche?-dije con voz queda para no despertar a Alira.

-"Sí amo, aunque no creo que pasemos ahí toda la noche, por lo de nuestros perseguidores."-dijo acentuando la palabra perseguidores.

-Sé a lo que te refieres pero mientras no sepamos toda la verdad no podemos hacer nada más que seguir el juego del gato y el ratón-termine de decir mientras veía a Alira de reojo.

Xekina antes de que me contestara a lo que le había dicho disminuyó la altura mientras que cambiaba de dirección como le había indicado.

-"Pero en verdad ¿No crees que sea una trampa? Amo, es decir ¿Cómo sabes que está diciendo la verdad? Sé que ella te salvó la vida amo, y le estaré eternamente agradecida, pero me intriga la manera en la que quiere estar con tigo a todo momento."-dejó la oración en el aire por unos segundos y luego agregó-"Es como si fuera tu alma gemela amo."

Yo al escuchar lo último sentía como me ahogaba con mi propia saliva por lo cual no me quedo otro remedio que toser.

-"Discúlpame amo, si lo que acabo de decir te incomoda, es sólo que me parece muy extraño su comportamiento, es todo."

Y claro que era todo, en realidad yo no me había percatado para nada de el comportamiento de Alira para con migo, pero ahora que lo menciona X creo que puedo entender mejor porque Alira me salvo la vida, claro que aún estaba la otra posibilidad como solía decir mi ama mientras me entrenaba "Siempre hay que ver todas las posibilidades, tanto la más inocente como la más perversa y retorcida, recuerda Kay, siempre ve todas las posibilidades, pues estas te guiaran toda tu vida." También recuerdo que mientras trataba de entender lo que me había dicho bajé la guardia y ella encontró el momento perfecto para dejarme tirado en el suelo y con un dolor insoportable en mi quijada que me duró poco más de un mes.

Llama Eterna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora