Capítulo 3: Primer día

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Cuando despierto, lo primero que veo es a Beatriz, quien ya se encuentra vestida, peinada, y leyendo un libro que al parecer es interesante, pues le presta mucha atención.

Estiro los brazo fuera de las cobijas, y ella se da cuenta de que estoy despierta.

¡Hola bella durmiente! — Me dice con alegría. — tienes treinta minutos y contando, para prepararte, debemos ir a la cafetería por el desayuno, no querrás comenzar el primer día con el estómago vacío.

— Pero, ¿qué hora es?.

Mira su móvil y me lo enseña.

¿Las siete menos cuarto?.

Sip.

— Rayos.

— Es mejor que te apures, debemos desayunar a las siete y cuarto.

— Bien, ya voy... — Me levanto de la cama, cojo un vestido azul, mi ropa interior, y me voy al baño para ducharme, donde me tomo un poco de tiempo.

Al terminar, ya estoy vestida, y lista para irnos, meto mis libros en la mochila, y veo en mi móvil la hora.

Faltan diez minutos para el desayuno.

¡Vámonos tía!, que la cafetería esta un poco lejos — Me dice Bea.

Vale, ya casi estoy, solo deja me pongo las lentillas. — Le contesto.

A mi me parece que te ves linda con las gafas.

Gracias, pero aún así usaré las lentillas.

Cuando termino el ritual de colocación, meto mis gafas en la mochila, abro la puerta, y tras un último vistazo en el espejo, nos vamos, pero antes, pasamos por Laura, y Ana a su habitación.

Una vez en la cafetería, cojo una de las bandejas, y en ella pongo un plato de frutas, seis tortitas, sirope de chocolate, y nata montada, toda una delicia, a continuación, sigo a Beatriz hasta la mesa en la que se sientan siempre ella, y su amigos.

Tía, este lugar es lo mejor. — Se nota que está emocionada.

¿Por qué lo dices?. — Respondo.

Está unida a la de los populares. — Habla Ana.

Oh, ya veo... — Le contesto, y trato de sonar indiferente.

En nuestra mesa, está Beatriz, Ana, Laura, Carlos, David, y Andrés, que está frente a mí; de pronto, observo como llegan uno a uno los jugadores de fútbol, rodeados de algunas chicas, y algo en mi interior, me dice que también va a venir Lucas.

Y no me equivoco.

Veo como se acerca, y me doy cuenta de que solo queda un sitio libre en lo que sería la mesa de los populares, y ese sitio, está justo a mi lado.

Hola nena — Me dice sentándose.

Hola — Le digo sin mirarlo.

¿Te vas a comer todo eso, nena? — Señala con la vista mi plato lleno de tortitas.

no soy tu nena #NDAWARDS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora