Capitulo 19

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Capitulo 19

Una hora después, Hyuk dejó a Shin en el despacho y se dirigió por el vestíbulo hacia la sala de juntas para reunirse con los Nelson. Abrió la puerta y saludó cordialmente a los dos hombres.

—Peter —dijo con una sonrisa, estrechando la mano del hombre mayor antes de dirigirse a su hijo—. Tom, ¿cómo estás? Por favor, tomad asiento. ¿Queréis café? ¿Unos hojaldres, quizás? Me consta que Sophia ha hecho una selección muy apetitosa. De nuevo debo disculparme por la ausencia de mi hermano. Tuvo... que marcharse en el último momento.

Hyuk estuvo a punto de cruzar los dedos ante la mentira piadosa que acababa de salir de su boca. En realidad, no tenía ni idea de dónde estaba MinHo; Sophia le había informado de que había salido del edificio diez minutos después de salir del despacho de Hyuk.

—Sólo nos gustaría acabar con esto —dijo Tom, volviendo a sentarse en su silla—. ¿Dónde firmamos? —preguntó, y después señaló al tercer hombre de la mesa—. Éste es nuestro abogado, Gordon Samms.

Hyuk asintió con la cabeza y sonrió al colocar el contrato sobre la mesa.

—El caso es que me gustaría modificar el trato. Poner una nueva oferta en la mesa. Creo que es algo que os podría interesar.
—Mira, Lee, ya acordamos el precio, es un trato justo. Si estás intentando irte por las ramas...

Tom se levantó de la silla, y de nuevo Hyuk se vio sorprendido por la forma tan feroz en la que el hombre trataba de no abandonar la empresa. Bien, podría usar esa ferocidad para hacer que volviera a ser la empresa que había sido.

—Tom —le reprendió Peter, poniendo la mano sobre el antebrazo de su hijo y forzándole a sentarse—. Al menos escuchemos lo que tenga que decir. Al igual que yo, ya sabes que estamos entre la espada y la pared, hijo. Tenemos que vender, no tenemos otra elección.

Hyuk se percató de la palidez de la piel del hombre mayor y sintió cómo se le retorcía el estómago. Sabía que él era, al menos en parte, culpable de hacerle envejecer más rápido.

—De hecho, Peter, creo que sí tenéis elección.
—¿De qué estás hablando? —dijo Peter, moviendo la cabeza, confundido—. No lo entiendo.

Hyuk se inclinó hacia delante y se apoyó sobre los codos; sonrió ligeramente y le dio un golpecito con el dedo índice al contrato que había sacado.

—Si estáis dispuestos a aceptar, me gustaría invertir una sustanciosa cantidad de dinero en Nelson & Son. Me gustaría ayudaros a recuperar la compañía, a cambio de un porcentaje de los beneficios anuales. He calculado unas cifras, que espero que encontréis satisfactorias, y, si me lo permitís, quiero hacer negocios con vosotros.

Se reclinó sobre el respaldar de su silla, y observó con entusiasmo la serie de emociones que recorrió las caras de los dos hombres.

—¿Va en serio? —dijo Tom de forma pausada, en estado de shock—. ¿Es algún tipo de broma?
—No es ninguna broma —dijo Hyuk negando con la cabeza—. Pídele a Gordon que compruebe las cifras y mire si es algo que podemos hacer juntos. Yo creo que sí. Bueno, ciertamente me gustaría intentarlo —dijo antes de pasarle el contrato a Gordon, que lo ojeó rápidamente y colocó la mano sobre el antebrazo de Peter—. Lo que me dijiste en nuestra última reunión, Peter, sobre mi padre...
—Lo sé, lo sé, siento haberlo dicho, HyukJae, yo...
—No —le dijo Hyuk con firmeza, agarrando el brazo del hombre con suavidad—. Yo soy quien lo siente. Tienes razón. No soy Alan Lee. Vaya, ni siquiera era Lee HyukJae —dijo Hyuk antes de soltar una risilla—. Pero me gustaría cambiar las tornas, si me lo permitís.

Tom ojeó el contrato que Gordon le entregó y sus ojos azules se cruzaron con la mirada de Hyuk.

—Es una oferta muy generosa, HyukJae. Seguro que nos sacará del lodo y nos colocará camino de la recuperación. ¿Cuál es el porcentaje que te interesa?
—Todavía soy un hombre de negocios, Tom. —Hyuk sonrió con suficiencia—. Así que el veinticinco por ciento del margen de beneficio anual. Y el préstamo para ayudaros a recuperaros libre de intereses. ¿Tenemos acuerdo, caballeros?
—Sí, creo que sí —dijo Peter asintiendo después de que lo hiciera su hijo.
—Excelente.

Hyuk sonrió, se puso en pie y les estrechó la mano a los tres hombres de forma entusiasta.

—Estoy emocionado y deseando trabajar con vosotros dos.

Hyuk llamó a Sophia para que presenciara la firma del contrato, y todos se pusieron a escribir, estrechando las manos de nuevo para sellar el trato.

—Siento tener que acabar pronto con esto, chicos. Sophia os dará hora para una reunión en algún momento de la semana que viene y ya trataremos los pormenores. Pero tengo que irme. Tengo que hablar con un hombre acerca de un bar.

Tenía los ojos iluminados por la ilusión de pensar en la próxima parada de su viaje de autodescubrimiento. Sólo esperaba que Hae escuchara lo que le iba a decir.

—HyukJae, estaba equivocado —dijo Peter, tendiendo la mano y estrechando la de Hyuk entre las suyas—. Tu padre estaría muy orgulloso de ti ahora mismo.

Hyuk le dio una palmadita en el hombro y notó cómo se le hacía un nudo en la garganta.

—Gracias, Peter. Espero que sí.

Tras despedirse de los allí congregados, salió pitando de la sala en dirección a su despacho y se abalanzó contra la puerta.

—Vamos, mamón —le dijo sonriendo a Shin, que estaba todavía vagueando en el sofá—. Quiero irme a casa.

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Una fe inquebrantable [ADAP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora