Joseph Jonas.
Me había pasado todo el día encerrado en el departamento pensando en dónde estaría Ema, si estaría bien, si prendería el maldito teléfono en algún momento para decirle que estaba bien.
Jamie lo había llamado esa mañana, pidiéndome que por favor encontrara a su amada hija.
Yo sabía que Ema era su hija, lo supe hace menos de tres meses. Él me había dicho que iba a presentarse en cualquier momento a reclamar algo que ya no le pertenecía hace tiempo, pero que él quería recuperar cueste lo que cueste.
Me tiré en el sofá luego de llamar a Pauline y preguntarle por mi chica, pero ella negó preocupada haberla visto.
Encendí el televisor mientras esperaba que mi cerebro diera indicios de ideas para empezar a buscar a Ema, pero no parecía querer colaborar. Tal vez no tuve que haber tomado tanta cerveza.
La casa era un desastre pero no podía hacer otra cosa que en pesar en Ema, sola en las calles de Los Ángeles a altas horas de la noche.
Estaba a punto de quedarme dormido cuando el timbre del departamento sonó, me paré de un salto y caminé a paso rápido hasta la puerta, abriéndola sin fijarme quien estaba del otro lado.
Ema A. Rose, estaba parada frente a mí. Su pequeño pero formado cuerpo temblando y sus ojos rojos. Había llorado, y me sentí mal por no poder hacer nada para ayudarla. Por borrar el dolor.
Ella pasó por mi lado, sin antes mirarme de reojo y se acomodó en el sillón. Caminé hasta la cocina, y preparé chocolate caliente. Le tendí la taza y le pregunté dónde estuvo, lo preocupado que nos tuvo a todos pero a ella no pareció importarle. Fue allí cuando exploté.
Le dije que estaba bien si no quería hablar, y me paré, caminando a la habitación y cerrando la puerta de un golpe. Me apoyé sobre esta, y respiré hondo. No rompería nada, tenía que entenderla. La noticia de que su padre apareciendo en su vida la había tomado por sorpresa y arruinado en cierta forma. Tenía que comprenderla.
Sentí los pequeños sollozos salir de sus labios desde la habitación y me sentí enfermo.
Yo también le había mentido.
Le había mentido respecto a mi trabajo, le había mentido respecto a las llamadas recibidas estos últimos meses, le había dicho cosas que no eran ciertas, simplemente para encubrir que trabajaba con Jamie. Lo peor de todo era que hace menos de tres meses, sabía que él iba a aparecer en su vida y le iba a hacer daño y no podía intervenir, Jamie me lo había prohibido. Había amenazo con alejarme de ella a la fuerza, si abría la puta boca.
Tenía que ser sincero con ella, tenía que decirle que le había mentido, que sabía que Jamie era su padre desde un principio, que lo lamentaba tanto. Que me sentía enfermo por traicionarla de esa manera.
Tomando una respiración profunda, abrí la puerta y soltando el aire contenido caminé hasta el living.
El cuerpo de Ema estaba temblando y podía ver su cara escondida entre sus manos, un sollozo abandonó su cuerpo, y apreté mis manos en puños. Me odiaba por esto, ella no estaría así, si yo hubiera intervenido hace tres meses. Tal vez hubiera aliviado un poco el dolor.
- Em –La llamé. Ella se enderezó enseguida, sus manos limpiando cualquier rastro de lágrimas de su rostro.
- ¿Sí? –Su voz sale débil, y no me mira cuando me siento frente a ella. Su vista fija en las manos en su regazo.
- Tenemos que hablar –Empiezo, ella me mira sus ojos claros cristalizados por las lágrimas, miedo inundando sus fracciones y me siento peor que antes. Desearía no tener que hacerlo ahora, pero la conciencia me estaba comiendo vivo.
- ¿Qué es? –Cuestiona en voz baja, con miedo a lo que va a salir de mis labios. Llevábamos 8 meses juntos, y nos conocíamos también. Ella sabía que algo malo se aproximaba. Tomó aire, y siento el miedo arremolinarse en la boca de mi estomago.
- Antes quiero que sepas que te amo –Suelto las palabras con la esperanza de que ella se aferré de esas dos palabras como un salvavidas. Ella me regala una sonrisa rota, y me dice que ella también me ama. Entonces, mi corazón se rompe y el miedo sube por mi garganta. Y le digo todo. Absolutamente todo.
Dejo de hablar cuando las palabras ya no salen más de mi garganta. La observó enfrente de mí, con su vista clavada en una esquina del departamento. Traga y me observa, y es ahí cuando sé que la perdí para siempre.
Sus ojos me observan fríos, lastimeros, traicionados. Se para y antes de que pueda decir algo toma su abrigo y me observa por última vez.
- Creo que deberíamos dejar de vernos por un tiempo –Su voz rota, sus ojos con lagrimas y sin darme tiempo a hablar, sale del departamento.
Me deja solo conmigo mismo, el departamento a oscuras y el frio calando por mis huesos.
Ella se había ido.
Yo había roto la poca felicidad que ella construía en mi entorno. La había terminado de romper a ella, de una manera de la cual no se podía curar a una persona.
La había roto emocionalmente. La había traicionado, cubriendo las mentiras de quien era su padre.
La había roto, y nunca me lo perdonaría.
Por primera vez en mucho tiempo, me sentía vacío. Sentía frio, y miedo de estar solo.
Ella era todo para mí, y por no querer ir en contra de su padre, la había perdido para siempre.
ESTÁS LEYENDO
Promise Me | Joe Jonas. #2 (SIN CORREGIDA)
Fanfiction«Ema A. Rose estaba feliz con la vida que tenía, simple y sencilla. Para sus 18 años de edad, ir a fiestas a altas horas de la noche era común en sus fin de semana. Pero aquella noche, no se imagino que cuando Joe Jonas, un joven seductor y atr...