Promise Me | Joe Jonas. #2 (SIN CORREGIDA)

Capítulo IX: "Decisions"

Una tormenta daba lugar en la ciudad de Los Ángeles.

Estaba acostada sobre el cuerpo de Joe, mientras el dormía, escuchaba la lluvia caer contra la ventana y podía escuchar levemente el sonido de los autos pasar.

Observé a mi hombre, sus fracciones estaban relajadas, sus labios entre abiertos soltando leves roncos, su respiración calmada. Uno de sus brazos en mi cadera, y el otro detrás de su cabeza. Las sabanas tapaban nuestra desnudez hasta la cintura y me sentía bien. Me sentía en casa, y protegida. Me sentía completa.

Joe se removió un poco y mis ojos volvieron a su cara. Sus ojos levemente abiertos y una sonrisa apareció en sus labios. Su cuerpo se movió y quede atrapada entre el cómodo colchón y su fornido cuerpo.

Sus labios bajaron a mi cuello, encontrando aquel lugar que tanto amaba que me besara, haciéndome gemir.

- ¿No te cansas nunca? –le preguntó divertida y excitada, porque sé que él siempre va a querer hacer el amor conmigo. No importa lo que pase, él siempre está disponible para un poco de sexo.

- Sabes la respuesta –responde únicamente, y me dejo llevar por sus caricias.

♦

Podía sentir los nervios invadir mi ser a cada paso que daba. No era buena en esto de pedir información sobre facultades, pero era la única opción que tenía.

Mi madre me había dejado en la puerta de la facultad como una pequeña que por primera vez empieza primaria. Me había dicho antes de bajar del auto que todo estaría bien y que le avisara cuando haya salido de hacer los trámites. Había suspirado y luego bajado del auto para acercarme a la puerta principal.

Al entrar los pasillos de la gran facultad me atraparon. Algunas personas iban y venían. Le pregunté a una chica por la secretaría y me indicó por dónde ir.

Siempre soñé con dedicarme a administrar empresas, y papá me había dicho que esta facultad era la mejor de la ciudad. Él tenía amigos donde sus hijos habían estudiado ahí y se había marchado con un buen título. Y eso es lo que quería, una buena carrera con un buen título, dónde en algún futuro pudiera guardar esa plata para gastarla en mi futura familia. Y afortunadamente, si tenía suerte, Joe estaría en ella.

Joe había aceptado mi decisión de estudiar Administración de Empresas, siempre y cuando dejara que él me llevara y me buscara. Él seguía trabajando con Jamie, ahora era su mano derecha. Papá –como me había acostumbrado llamarlo- se había disculpado con Joe, y habían quedado en buenos términos. Y estaba agradecida con ambos. Lo que menos quería era que ellos se odiarían por lo que había pasado.

Llegué a la secretaría luego de seguir las indicaciones antes pedidas, y entré. La habitación estaba iluminada y colgaban muchos afiches por todos lados.

Una mujer vestida en su mejor traje se sentaba detrás del escritorio principal y teclabea algo. Me acerqué, un poco más calmada que cuando entré, y llamé su atención. La joven mujer de mi edad o tal vez unos años más grande, me sonrió cálidamente y me preguntó que necesitaba.

Luego de lo que parecieron horas de escribir en papeles y preguntar sobre la facultad, salí mandándole un mensaje a mi madre. Avisándole que mi deber ya estaba hecho.

Me senté en un escalón en la entrada de la facultad y esperé por mi madre. El celular comenzó a sonar luego de unos minutos. Atendí sin ver quién era.

- Hola, Em –saludó Jamie del otro lado de la línea primero.

- Hola, pa. ¿Cómo estás?