Cap. 27

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-¡Hola! -saluda Moni alegre- Dani. Ven. Tengo que hablar contigo. Información importante. Top secret. Ya.

-Voy, voy -se gira y le da un golpecito en el hombro a Jesús-. Enseguida vuelvo, bro.

Su hermano solo asiente y se gira conmigo en un banco. Un silencio incómodo nos invade.

Tras pocos minutos, vuelven los demás.

Dani le susurra algo en el oído a Jesús.

-Venid-pide mi amiga, y nos guía hasta una esquina para que no nos vea mucha gente.

A mi derecha se coloca ella y a mi izquierda Dani, y Jesús enfrente mio.

-Esto hay que arreglarlo -dice el menor de los gemelos.

-¿El qué? -pregunto, y Jesús agacha la cabeza triste.

-Todo -aclara Mónica.

-No hay nada que arreglar -dice Jesús, frío.

-Si no pones de tu parte, está claro que no, tío -espeta Dani.

-Yo...Jesús, lo siento tantísimo. Realmente te quiero, y te necesito. Y aunque ahora mismo puede que estés rayado, que sepas que me tendrás aquí cuando lo necesites. Porque sigo muy enamorada de tí.

-¿¡Qué te seguiré teniendo cuando lo necesite!? ¡No mientas! No lo estarás, no lo estuviste cuando más te necesitaba a mi lado, que me dieras esos besos que me ponen tan nervioso como la primera vez, y me susurraras esos «Te quiero» que provocan una invasión de mariposas en mi estómago, y me regalaras esa sonrisa, que cuando sonríes, no me reconozco...-y fué bajando el tono en esta última frase- Esto no se siente bien, ¿Sabes? Me has hecho mucho daño. ¿No te diste cuenta de que de verdad te quería? ¿Por qué no confiaste en mi? ¡Ni siquiera me dejaste darte una explicación! -exclama.

-¡Joder! No me digas eso, ¿vale? Fué todo un error. No te creí porque te quería demasiado, jamás pensé que alguien como tú podría enamorarse de alguien como yo. ¿Entiendes? ¡Esto es una mierda! ¡Yo también he estado mal! ¡He pasado estos meses sin a penas salir de casa, me salió un puto herpes de tanto llorar. Adelgazé 3 kilos y mira que ojeras! Yo también te quiero, ¡Te amo! Pero ahora eres tú el que no lo quieres ver... ¡A mi nadie me hace enamorarme, y mucho menos me rompe el corazón! ¿Vale? Esto no pasaba cuando era una borde... Pero claro, llegaste tú y rompiste todos mis esquemas. Me hechizaste, me echaste algún tipo de conjuro maléfico o me lanzaste alguna asquerosa flecha de cupido, y me enamoraste. ¡Me enamoré de ri! Y eso hace que te... Te odie, pedazo de idiota. ¡Te odio, Jesús Oviedo! ¡Te odio como nunca quise a nadie!

×××

Esto debería haber aparecido en el capítulo de ayer, pero al pasarlo de Notas a Wattpad se borró, no sé por qué. Lo bueno es que seguía en notas. Lo alargaría pero como ya sabeis estoy en París y ahora mismo me tengo que ir.

Besos virtuales,
Srt. Wonderland.

Los que se pelean se desean? (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora