Los que se pelean se desean? (Gemeliers)

Cap. 32- HOT

-¿Dónde está la harina?-pregunto.

-¡Mierda! Se ha manchado esto. -exclama él ignorando por completo mi pregunta. Sigue tratando de recoger lo que acaba de tirar. Suenan los primeros acordes de What do you mean? haciendo que me pregunte por la primera vez. ¿Sería con Jesús? Lo observo en silencio unos segundos. Está estresado de una forma muy cómica. Río y le paro, cojo sus manos a pesar de su insistencia y hago que me mire de frente.

-Relájate, ¿Vale? Ya está todo listo. Solo queda recoger. Mete la tarta en la nevera y ya limpio yo esto.

Él solo suspira y asiente.

Al terminar, me acerco a el y le beso. El apoya sus manos en mi cintura y yo le doy suaves besos en el cuello. Vuelvo a besarlo y él introduce su lengua en mi boca.

Bajo mis manos hasta los bolsillos traseros de su pantalón y las deposito ahí, y a pesar de que seguimos besándonos noto su sonrisa. Repite mi acción.

Me engancho a su cuello y enrosco mis piernas en su cintura. Él me besa y me toquetea. Deja un camino de chupetones en mi cuello y va bajando. Gimo suavemente y el me quita la camiseta.

-Vamos a tu cuarto -susurro en su oído.

Él me coge y me sube a su habitación.
Me tumba en la cama y me sigue besando. Le desabrocho el pantalón y se lo bajo. Él se lo termina de quitar y aprovecha para quitármelo a mi también. Pasa su lengua por mi vientre. Desabrocha mi sujetador. Vuelve a mi boca y me susurra que me quiere.

-¿Estás segura?-añade.

-Más o menos, pero hagámoslo.

El ríe. Me coloco yo encima suya y le bajo los calzoncillos de Calvin Clein dejando ver su erección. Beso su torso desnudo y firme, y cada vez estoy más caliente; sin embargo, no puedo disfrutar bien este momento pues los nervios me lo impiden.

Se pone encima mía de nuevo.

Me acaricia, me besa. Juega con mis pechos y los lame.

Coge un condón de la mesilla y se lo pone.

Mis pezones se endurecen y sus dedos los acarician.

Apoya sus manos en mis muslos y abre mis piernas suavemente.

Me abraza, y empieza.

Va poco a poco, muy despacio.

-Avisame si quieres parar.

-Sigue. -pido con la voz agitada.
Lo gozo, gimo, agarro la almohada con fuerza. Duele, duele mucho, pero es un dolor bueno, un dolor placentero.

Noto que el también se agita y yo le pido más. Lo disfruto, a pesar de todo.

Va un poco más rápido.

-No quiero hacerte daño.

-Más, sigue. -Suplico con los ojos cerrados. Mi espalda se arquea y los nervios casi se han ido. No para, y llego al orgasmo. Grito su nombre, el sigue unos segundos y luego para, supongo que también ha llegado, le pregunto y asiente.

Se quita el condón y se tumba a mi lado.

-Te quiero mucho -digo aún jadeando.

-Y yo, mi niña, y yo.

Pasa su brazo bajo mi cuello y me tumo sobre su pecho, abrazados.

Sí, mi primera vez ha sido con el. Y no me arrepiento.