La Caida del Emperador*Akashi Seijuro*

Capitulo 22-El dueño de la cancha

Me alisto de mala gana. Por lo general suelo ser muy entusiasta cuando tiene que ver con partidos, en especial si voy a perder clases en el colegio por asistir, pero el saber que debo ver a Akashi jugar, lo cual he evitado desde que cambio, es lo que me hace estar tan frustrada.

Tomo mis cosas y camino hacia el gimnasio, en donde me esperan mis chicas. Todas asistiremos, lo cual es la única cosa buena. Me subo al bus y me siento del lado de la ventana, con Natsume a mi lado. Los chicos van atrás haciendo ruido y no me atrevo a mirar que hace Akashi.

Pienso en Haizaki, había estado actuando distante desde el día en que Akashi nos separó. Le había preguntado si había estado molesto por ello aunque en realidad no hubiera sido mi culpa y se limitó a negar e irse.

Creí que se molestaría al contarle que vendría a ver a Akashi sin embargo parecía no afectarle.

Llegamos y tenemos bastante tiempo libre antes de que el partido comience. Las chicas quieren dar unas vueltas por el gimnasio deseando ver a más chicos.

Decido quedarme sentada en la gradería porque la verdad no me siento muy bien. Natsuki se iba a quedar conmigo, pero ante mi insistencia acompaña a las demás.

Mi estómago da vueltas como si dentro del hubiera un hoyo negro. Siento que ante cualquier movimiento voy a vomitar. No sé ni porque me siento tan nerviosa, solo lo veré jugar.

Pero he escuchado sobre su juego, he escuchado lo increíble que es. Ha sido nombrado el Emperador.

-No te vez bien- me dice Midorin que aparece en ese momento a mi lado, me volteo a verlo y noto que su lucky item es una almohada para el cuello.

-No me siento bien- digo- no quiero ver a Akashi jugar- me quejo.

-Es por eso que no te sientes bien?- pregunta y yo contesto asintiendo.

Siento un golpe en la cabeza.

-No seas tan tonta- me dice sin siquiera mirarme.

Midorin es frio y directo, no dice las cosas con dulzura, pero sé que en su propia forma se preocupa por mí, y es el único que puede ubicarme cuando mi mente se sale de control. Es por ello que se ha vuelto mi mejor amigo.

Se pone de pie y se va por que debe alistarse, y probablemente hacer algún tipo de ritual para la suerte.

Me levanto un poco más animada y camino para buscar a mi equipo. Mientras lo hago veo a Murin a punto de asesinar una máquina de dulces. Había perdido mucho contacto con él después del año pasado, pero verlo ahí frustrado y enojado me hace reír y recordar los momentos en los que solíamos almorzar juntos y compartir dulces.

Y de pronto extraño mi antiguo equipo.

La última vez que estuvimos en un lugar como este, yo hice mi debut en una cancha, y sin el apoyo de cada uno de ellos probablemente jamás lo hubiera logrado.

Es uno de sus últimos partidos, si ganan avanzarán a la final...todo mi segundo año, pase tan atenta a mi equipo, a Haizaki y en odiar a Akashi que me olvide de ellos. Que ya están en tercero, que ya se van.

Y una vez que finalice su torneo, comenzará el femenino y tendré aún menos tiempo para verlos.

No puedo dejarlos ir así....

-Que pasa Murin?- me atrevo a caminar hacia él y dejar de lado todo este tiempo sin hablar.

Se vuelve con cara furiosa, pero cuando me ve se relaja un poco.

-Mizuchin- me dice de manera chineada- esta máquina no me quiere dar mis papas!

Observo como se han quedado pegadas cuando caían. Me agacho y meto la mano por el agujero en donde se deben sacar y como mi mano es pequeña logro llegar al paquete y sacarlo sin mucho problema.