5.- EL ABORTO.

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—Hola —dije, fingiendo espontaneidad—. No sabía que ibas a venir.

Me miró asintiendo muy lentamente con un gesto de franca desconfianza. Intenté darle un beso en la mejilla, pero levantó la mano para impedirlo.

—¿Estás enojado? 

—¿Cómo quieres que esté?

—Discúlpame por la llamada de hoy. En cuanto comencé a sentir molestias pensé en comunicarme contigo. A mi parecer fue lo más honesto...

Luhan endureció aún más su postura.

—¿A las amigas que te infectaron también solías dibujarlas en la clase?

Agaché la vista avergonzado.

—¿De qué me contagiaste, ChanYeol?

—No te contagié de nada. Quiero decir, las posibilidades son muy remotas, según leí, porque anoche todavía no me había brotado el absceso.

—¿De qué estás enfermo?

—Es algo muy común, una simple infección cutánea que se cura con pomadas; aunque insisto, no debes preocuparte —casi me mordí la lengua al mentir. A esas alturas el escozor era tan intenso que apenas me permitía caminar.

—¿Por qué no me lo dijiste de esa forma en la mañana? Tuve la impresión de que me habías transmitido algo muy grave deliberadamente y te estabas burlando de mí...

Me acerqué y le abracé, pero de inmediato noté un olor desagradable en su piel o en su aliento y me separé incómodo.

—En realidad no vine únicamente a reclamar —aclaró—, sino a pedirte ayuda, protección.

—¿Protección?

—Se trata de XiuMin. Últimamente no deja de molestarme. Mis papas dijeron que anoche, mientras anduve contigo, estuvo esperándome frente a mi casa. Hace un rato volvió a buscarme, parecía un maniático. Dijo que me deseaba, que estaba dispuesto a todo por poseerme. Le tengo miedo. No sé cómo pude enamorarme de un sujeto como él. Ahora no logro quitármelo de encima... Se ha vuelto muy agresivo, como si durante todo nuestro noviazgo hubiese fingido un papel de caballero para...

-¿Para...?

—Para que me acostara con él...

Me quedé callado asintiendo en mi interior. Era muy lógico. Los hombres, después de tener relaciones sexuales con una mujer de quien no estamos enamorados, solemos sentir un mayor deseo por ella y un menor respeto. Yo mismo ya no veía a Luhan de la misma forma; le enaltecí y admiré varios meses, durante la fiesta de la víspera se convirtió en mi sueño dorado, como si fuera la misma cenicienta por la que un hombre es capaz de tornarse príncipe, y ahora, después de lo ocurrido, se había vuelto ante mis ojos un simple muchachito bajito a quien no me costaría trabajo volver a seducir. Los hombres sabemos que es más fácil seguir satisfaciendo nuestra libido con una mujer "degustada" anteriormente que iniciar una nueva conquista desde el principio.

—¿Has visto alguna de esas películas en la que el marido tiene una aventura amorosa con una mujer malvada? —le pregunté.

—¿Y que después usa el chantaje para hacerle ver su suerte a él y a su familia? Sí. He visto varias.

—¿Recuerdas lo agradable que parecía comerse la fruta prohibida? ¿Recuerdas lo emocionante, lo excitante, de entregarse con esa pasión? ¿Y recuerdas la pesadilla posterior? Cuando tenemos sexo de manera liviana no sabemos con quién lo hacemos. Tú misma llegaste a pensar que yo quise hacerte un daño intencional para vengarme de algo, desconfiaste con justa razón. Los aficionados a las aventuras sexuales fáciles podemos llevarnos desagradables sorpresas porque quienes se prestan para nuestro juego eventualmente tienen traumas, complejos o intenciones diferentes a las puramente carnales. Al momento del cortejo las personas usan su mejor máscara para salirse con la suya, pero nunca se sabe, sino hasta mucho tiempo después, la verdadera clase de individuo que había detrás del antifaz.

Jóvenes en delirio. [ ChanBaek // BaekYeol ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora