Lana 2.0

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-.-.-.-

Después de una semana, Damon de dio cuenta de lo que había hecho realmente con la dulce y tierna Lana, Era completamente diferente a como la recordaba. Solo pensaba en la Sed que tenía, a Damon le divirtió los primeros dos días, pero cuando se dio cuenta del demonio en el que la había convertido se arrepintió de no haberle comprado un bastón para ciegos en lugar de darle a beber su sangre y matarla.

-Necesito beber más- Lana tenía una sed que no era ni medio normal, Damon había agotado sus reservas en ella, intento hacerla comer y beber para calmar sus ansias pero ella se rehusaba a seguir las indicaciones del vampiro.

-no necesitas, has bebido como para mantenerte viva por muchos días, y me temo que te has terminado mis reservas- le ofreció un vaso con ron, y ella de mala gana lo bebió con una mueca.

Después de la transformación de la chica y de ver que no podía contenerse, Damon la llevó a vivir a la mansión de los Salvatore, y él tomo su lugar como dueño de la casa quedándose a vigilarla, a Stefan no le hacía gracia lo que había terminado haciendo su hermano, pero también le divertía como Damon le hacia de niñera con su nueva y joven creación.

-no es lo que pensabas, eh- comentó el mas joven de los Salvatore sonriendo burlón al ver la cara de pocos amigos de su hermano- te dije que era mala idea, no conocías a la chica en su estus natural, solo la conociste humilde por la enfermedad que la estaba dejando discapacitada

-ya se, me he dado cuenta, gracias por la inútil información- Damon tomó asiento molesto por todo, se sirvió otro trago, la chica había estado dormida en su habitación en el sótano de la mansión, donde la mantenían atada y controlada en lo que veían que hacer.

-me lo prometiste Damon- Stefan se puso serio de pronto- me prometiste que no ibas a hacer esto

-como si fuera la primera vez que rompo una promesa, lamento decirte esto, pero no tienes un día de conocerme

-y por desgracia después de mas de 100 años, sigo confiando en ti, es que no te das cuenta de las cosas?

-soy tonto, sí?, ya me he dado cuenta de que todo lo que toco se hace mierda, que soy radioactivo, ahora si me disculpas, tengo una cita con la chica loca- tomando un vaso de la encimera y llenándolo de sangre- con permiso.

Lana estaba completamente desesperada, había sido encadenada y encerrada para su propio bien, aunque ella pensaba que solo le estaban haciendo daño.

-necesito que me saques de aquí- dijo a modo de suplica con lagrimas en los ojos, Damon estaba a unos pasos de la entrada, con un poco de sangre que ella había olido.- por favor.

-no funciona conmigo cariño- la chica sonrió cínica, parecía que Damon sabía como lidiar con cualquier forma de persuadirlo.

-en serio Damon, para que me convertiste si solo querías tenerme encerrada muerta de hambre?

-sabes perfectamente que me gustas- carraspeo- gustabas, y que pensé en hacerte un favor, que conservaras tu vista, pero de verdad crees que estaba pensando en que ibas a ser la perra que eres ahora? tan fuera de control y con ganas de querer matar a medio pueblo?

-no sabias a caso que el sufrimiento cambia a una persona?, nadie te lo dijo nunca?

-oh, sí, pero jamás pensé que tu fueras lo contrario a lo que eras hace unos días, sinceramente, lamento mucho que esto esté pasando- le dio el vaso- te mataría, pero sería un desperdicio de mi preciosa sangre.

Vió como se tragó el vaso por completo, luego de ello, lo lanzó contra la pared haciéndolo millones de pedazos

-ahora me debes uno más- dijo señalando los vidrios rotos- mañana es día de visita, si te portas bien- sonrió cínico y camino fuera con los gritos de la chica detrás de él, desesperada y enojada.

Lana comenzó a llorar luego de que él desapareció, sabía que su actitud era mala, y que todo lo que estaba pasando era una completa locura, ella jamás había sentido tanto la necesidad de matar antes, mucho menos de forma tan desesperada. Damon había dado en el punto, ella quería ser como era antes, quería sonreír a las personas y a los animales sin querer comérselos, pensó un momento entre llanto que tal vez solo necesitaba toda la fuerza que había puesto en sobrevivir sabiendo que se quedaría ciega ahora en ser inmortal, en ser como Damon, como Stefan, como Caroline, sin esas ganas incasables de querer matar a todos, sin miedo a terminar matando a todos.

Necesitaba empezar a cambiar de nuevo, a ser mas humana, a ser mas paciente, en controlar el hambre que quemaba su garganta, a lo mejor después de ello volver a ver al Damon cariñoso de antes, el que despertó compasión por ella, el que le dio una nueva oportunidad de vivir plenamente.




Radioactivo (Damon Salvatore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora