Capítulo 3

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Salimos de la cafeteria hacia la una del medio día. Entre que yo me vestía, íbamos a la cafetería y desayunabamos, nos había dado la hora de la comida. La verdad es que era bastante cansino estar de yendo y viniendo todo el rato, porque la casa no estaba lo que se diría cerca. El colegio nos pillaba bastante lejos por lo que tendríamos que calcular bien el tiempo que nos tomaría ir. Si tuviéramos nuestras alas podríamos llegar muy rápidamente, pero no podíamos transformarnos, por lo que nos tendríamos que conformar con andar.
- Oye chicas yo creo que deberíamos comprar algún coche o algo para ir al cole- decía mientras giraba la llave y abría la puerta.
- Podríamos coger el bus- decía Maitane mientras entraba dentro.
- Ya pero la parada no esta lo que se diría cerca Mai...
- Ya tío, no podían poner la casa mas cerca, no tenían que ponerla aquí- decía Sara mientras se desplomaba en el sofá. Todas comenzamos a reírnos después de eso.
- Pero yo quiero saber quien va a tocar en ese escenario- dijo Meli.
- Yo creo que todas queremos saberlo, pero mas importante ¿Alguna de nosotras sabe cocinar? Porque yo poco.
- Tenemos magia ¿No?
- Claro, Mel, definitivamente eres muy lista- solté una pequeña risa- pero los postres si que los quiero hacer yo.
- Y yo- dijo Mel mientras cerraba la puerta.
- Yo creo que todas- dijo Sara entre risas.
- Pues nada, a cocinar se ha dicho- dijo Meli entrando en la cocina, al poco rato se asomo por la puerta- ¿No venís?
- Si vas a usar magia que mas te da.
- Cierto- y volvió a entrar en la cocina.
Mientras Meli "cocinaba" yo subí a mi cuarto para meter algunos libros y cuadernos en la mochila. No sabia lo que haríamos el primer día, suponia que presentación o algo por el estilo. Pero llevar los libros no me venia mal. De repente, oí que me llamaba Sara desde alguna parte de la casa. "¿Qué?" dije saliendo de la habitación, y quedándome quieta en el pasillo.
- Ven a mi cuarto- entre en la primera puerta a la derecha y vi que la habitación era completamente diferente a la de las demás. En frente de mi había una mesa bastante larga con el balcón al lado. Una gran alfombra desde el balcón hasta el armario, el cual era alto y ancho, con muchos cajones abajo. A la derecha una cama con una ventana, y una estantería sobre la cabeza. En la única pared que faltaba, había una estanteria y mucho hueco vacio.
- ¿Qué pasa?
- ¿Te han dejado algún libro interesante en tú habitacion?
- Aparte de los del cole ninguno.
- ¿A eso tú le llamas interesante? Es que antes de venir aquí, me he fijado en algunos humanos que tenían libros, y parecían interesantes.
- Pues la verdad es que no, si quieres a la tarde vamos a alguna librería.
- Vale.
Salí de la habitación decidida a llamar a las chicas, pero mi voz se corto al ver que de la cocina salía humo. Entre rápidamente a la cocina para ver a Mel abriendo el microondas mientras tosía seguidamente. Me dirigí corriendo al otro lado de la cocina para abrir la ventana. Me gire para encontrar a Meli con un vaso de plástico lleno con algo raro.
- Nunca... pruebes... a meter... chocolate... mas de treinta segundos... en el microondas- dijo mientras tosía repetidas veces, impidiéndole hablar claramente.
- Lo tendré en cuenta ¿Qué querías hacer?
- Bueno mientras se hacia la comida quería hacer yo un postre.
- Definitivamente, no estas hecha para cocinar.
- No te he dado ninguna otra razón.
- Creo que me vale con esta- salí de la cocina, cogi el móvil y mire la hora. Ya eran las dos menos cuarto. Al día siguiente tendríamos que empezar con el cole.

Unas cuantas horas después habíamos ido a una tienda llamada fnac, donde vendían libros y videojuegos. Ya que Sara se había empeñado en ir a comprar unos libros. Decía que eran muy distintos a los que había en Gottes, y que eran mucho mas entretenidos. Se compro, La quinta ola, Cazadores de sombras, Maravilloso desastre, La chica del tren y Hush hush. Cuando volvimos a casa, me pegue una ducha y baje a cenar. Luego cada una nos fuimos a nuestro cuarto. Eran las diez y media y mañana empezaba el cole. Asi que me metí en la cama y me puse el móvil a cargar con la alarma puesta a las seis y media. Apague la luz y cerré los ojos, me preguntaba como seria nuestro cole, pero tocaba descubrirlo mañana.

El ruido del despertador me despertó a la mañana siguiente. Lo apague rápidamente y abri las cortinas. A esta hora todavia el cielo estaba a oscuras, el sol no había salido lo mas mínimo, y unas pocas nubes cubrían el cielo. Baje al piso de abajo, entré en la cocina y me prepare un Cola Cao y unas galletas. Me senté en una silla y lo bebí, dejándolo depues en la fregadera. Cuando subia por las escaleras, vi a Maitane salir de su habitacion con cara de dormida.
- ¿Me has preparado el desayuno?- me dijo.
- No...
- ¿Por qué no me lo has preparado?
- Porque es tú desayuno- dije destacando el tú.
- Ya pero tengo sueño- paso junto a mi y entró en la cocina.
Entre en mi habitación y me vestí, me puse unos pantalones cortos rojos, una camiseta larga con la foto de dos chicas, y unas zapatillas negras. Mire la hora en el móvil y ya eran las siete, entrabamos a las ocho, pero íbamos a tardar un poco en llegar al cole, por lo que tendríamos que salir pronto. Entonces oí un grito que provenía de la cocina. Baje corriendo las escaleras para encontrarme con Meli abriendo todos los armarios y cajones, y a Maitane y Mel con una taza en la mano, dando pequeños sorbos.
- ¡Ainara! ¡Sabes dónde están mis cereales!
- ¿Tus cereales?
- Si mis cereales ¿Dónde estan?
- ¿Qué pasa? ¿Qué a sido ese ruido?- dijo Sara, la cual ya estaba vestida.
- Meli no encuentra sus cereales- dijo Mel dando un sorbo a su taza.
- ¿Seguro qué no los has cogido?- dijo Sara.
- Si los estoy buscando no los he cogido.
- Y entonces ¿Esto qué es?- dijo Sara con una caja de cereales en la mano- estaban en tú cuarto.
- Es cierto que ayer me los lleve a mi cuarto- dijo rascándose la nuca- espera, has entrado a mi cuarto- nos reímos todas escepto Meli- no me ignores la pregunta.
- Meli ¿Qué vamos a hacer contigo?- dije yo finalmente.
- Amarme.
- Claro como quieras, pero nos tenemos que dar prisa chicas, que tenemos que ir al cole y a este paso no llegamos.

¿Por qué tuvo que ser él? (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora