Capítulo 2

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Caminábamos por la ciudad, mirando tiendas de ropa, y supermercados. Compramos, bastante de todo. La comida la pagamos entre todas pero la ropa cada una.

- La vida de madre es muy dura- decía Maitane mientras volviamos a casa.
- Ya te digo, no se como mi madre puede hacer esto.
- Ya, encima ni a Sara ni a mi nos gusta ir de compras.
- Pero teníamos que ir.
- Ya...

Entramos en casa, dejamos las bolsas de comida en la encimera, y subimos cada una a nuestra habitación. Entre en la mía, deje las bolsas en el suelo, y me tire en la cama. Estaba agotada, pasar de mundo en mundo no era suficientente, también teníamos que ir de compras, era demasiado para una sola tarde, y ahora tocaba guardar todo y hacer la cena. Me levante vagamente de la cama y cogí las bolsas. Fui sacando la ropa y guardándola en los cajones, y los vestidos en el armario. Al acabar baje al salón, donde encontré a Maitane cambiando continuamente de canal.
- ¿Qué pasa? ¿Problemas con la tele?
- No echan nada interesante, ese es el problema.
- Tendríamos que haber comprado alguna película.
- Si... Una pregunta... ¿Alguna de nosotras sabe cocinar?
- Bueno... Yo se hacer postres y creo que Mel también. Pero... cocinar, cocinar, lo que se diria... yo creo que ninguna. Bueno... Yo se hacer ensalada, y un huevo, creo. Uno se me quemó.
- Hombre yo ha hacer ensalada ya llego, aunque hoy podríamos pedir unas pizzas, o comida china, que a Mel le gusta el sushi.
- No, tendríamos que ir a por la comida.
- ¿Por? A... Vale, claro. Llegan aquí, y... donde esta la casa.
- ¿Pues se lo comentamos a las chicas?
- Yo ya me he enterado- dijo Sara dejándose caer en el sofa- me parece una buena idea. Avisemos a Meli y a Mel.
- Vale, ya voy yo ¡Chicas!- dije subiendo las escaleras.
- ¿Qué pasa?- dijo Mel desde su habitación.
- Eso ¿Qué pasa?- dijo Meli saliendo de la suya, la cual era la ultima a la derecha.
- Maitane, Sara y yo habíamos hablado de salir a comer unas pizzas.
- A mi me parece bien- dijo Mel.
- A mi también, Meli quiere pizza.
- ¡Maitane! ¡Sara! ¡Les parece bien!
- Vale- grito Maitane desde abajo.
- Cojo el bolso y la cartera y bajo vale- entre en mi habitación y cogí el bolso nuevo que me compre de flecos, y guarde dentro el móvil y la cartera. Cerré la ventana y baje al encuentro de las chicas- Oye ¿Hará frío?
- No se, no creo, bueno... No esperó- dijo Maitane abriendo la puerta.
- ¿Y exactamente a dónde vamos a ir?- dije mientras cerraba la puerta.
- No se habrá alguna pizzería por aquí ¿No?
- Supongo.

Llegamos a una tienda que se llamaba "telepizza" entramos dentro y pedimos unas pizzas para llevar de jamón y queso. Fuimos a un parque que había cerca y nos sentamos en un banco.
- Chicas ¿Os habéis fijado en el escenario que están montando cuando hemos venido?- pregunto Sara mientras se comía una porción de pizza.
- Yo la verdad es que no.
- Yo si, no se de quien será el concierto- decia Maitane.
- A mi me gustaría ir, nunca he ido a uno- dijo Meli bebiendo un poco de Kas.
- Yo si el grupo es bueno ire- dijo Mel.
- Bueno ya nos enteraremos cuando empecemos el cole supongo.

Terminamos las pizzas y volvimos a casa. La comida que quedo fuera, la guardamos y subimos a nuestras habitaciones. Yo me senté en mi cama, cogí el móvil y me puse a mirar como funcionaba. "No creo que sea muy complicado, lo han hecho los humanos por lo que..." decía en voz alta. Así resultó ser, aprendí a utilizar el móvil nada mas encenderlo. Mire la hora y vi que ya eran las once y media pasadas. Me levante de la cama y deje el móvil en la mesa. Saque mi pijama y me lo puse, básicamente era un pantalón corto verde y una camiseta con una casa y puntitos grises. Me metí en la cama y me puse a pensar sobre como iba a ser mi vida aquí, en el reino de los humanos. "Estar aquí implica no poder volar, no poder estirar las alas. Estudiar y hacer deberes, luego recorrer mucho esta ciudad en busca de cualquier habitante de Teufel. No poder ver a mi familia, a mis amigos que tenia en el colegio. Pero tendrá algo bueno, espero..." pensando esto finalmente acabe quedándome dormida.

Me despertó una Mel que no dejaba de agitarme. Rápidamente me di la vuelta y metí la cabeza entre las sabanas. Ella siguió sacudiéndome hasta que finalmente cogió su móvil y puso música con el volumen muy alto, lo que hizo que abriese los ojos como platos.
- ¡Aina! ¡Despierta!
- ¿Qué pasa Mel? ¿Qué haces? ¿Qué quieres? Dejame dormir.
- No te acuerdas que dijimos que hoy íbamos a desayunar fuera.
- Pues no- dije volviéndome a dar la vuelta.
- Pues si que lo dijimos, te estamos esperando. Pero no te despertabas a si que he tenido que venir a buscarte.
- Pues diles que esperen un poco, que ahora me preparó.
- Pero rápido que son las once.
- Si...
Me levante vagamente de la cama y abrí un cajón para ver que me podía poner. Me cogí una falda negra y una camiseta con pequeños flecos. Me puse unas sandalias plateadas, y cogí el bolso de ayer. Fui al baño y me peine un poco, me hice una coleta al lado izquierdo dejandome dos mechones sueltos. Baje corriendo las escaleras y me encontre a las chicas sentadas en el sofá esperándome.
- Por fin, siempre eres la ultima.
- Si no me despertáis antes no puedo estar preparada antes.
- Si bueno da igual, vamos o que.

Llegamos a una cafetería, que había cerca de nuestra escuela. Entramos y nos sentamos en una mesa alejada del resto. Se acerco una chica joven, tenia el pelo marrón claro atado con un moño, mas o menos tendría unos 25 años.
- ¿Qué queréis tomar?
- Yo quiero... Un zumo de naranja y un donuts blanco y negro- le dije amablemente.
- Yo quiero chocolate caliente y para comer... un croissant- dijo Sara, mientras miraba algo en su móvil.
- Yo un colacao y algunas galletas, si tienes- dijo Maitane mientras ella apuntaba en su libreta los pedidos.
- Yo un colacao y un donuts normal- dijo Mel.
- Yo personalmente preferiría cereales, pero dudo mucho que tengáis por lo que... Un chocolate y una napolitana.

Nos pasamos todo el desayuno riéndonos de nuestras estupideces, y comentando cosas de lo que seria vivir aquí apartir de ahora. Al salir de la cafetería, cuando íbamos en dirección a casa, pudimos ver que ya habían terminado de montar el escenario, aunque seguíamos sin saber quien iba a tocar ahí.

¿Por qué tuvo que ser él? (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora