Presente

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Piper y Patrick se cayeron al suelo de la energía de la magia del giratiempo, claro que ellos aún no sabían que era un objeto mágico. Aterrizaron en el mismo bosque en el que estaban en un principio, pero había algo que seguía siendo distinto, como si no fuera su mundo real. Patrick tenía la sensación de que nunca jamás volverían a estar en su mundo verdadero.

-¿Cómo lo has hecho? – Preguntó Piper cuando se levantó del suelo-. ¿Cómo lo he hecho yo? ¿Qué es exactamente lo que ha ocurrido?

-Deja de preguntar cosas como una histérica, Piper- replicó Patrick-. Sé lo mismo que sabes tú. Demuestra que tienes dieciséis años.

Piper miró a su hermano durante unos instantes. Siempre le estaba diciendo que era una niña cuando tenían exactamente la misma edad. Eso molestaba mucho a Piper al igual que a Patrick molestaba la actitud infantiloide que tenía su hermana. A veces, parecía no haber crecido.

-¿Le hemos quitado a esos... a esos esta cosa?- preguntó Piper intentando que no se notara su enfado.

-Te expresas tan bien como un libro abierto- replicó Patrick.

-Ya sabes a qué me refiero.

-Mira, no sé qué acaba de pasar exactamente- empezó su mellizo-. Pero este chisme- señaló el giratiempo- no es de este mundo, de los humanos, de las personas normales. Has visto lo que ha hecho. Hace que las cosas vayan para atrás, o para adelante, o para atrás y hacia delante. Debemos deshacernos de él.

-¡No!- gritó Piper-. ¿Tienes idea de lo valioso que puede ser esto? ¿Tienes idea de todas las cosas que podríamos conseguir con él?

-¿Por qué eres tan ambiciosa? ¿Tienes idea de todo lo que podríamos perder con él también?

Patrick se dio media vuelta dándole la espalda a su hermana. Era una miedica, así que esperaba que el bosque le diera miedo suficiente como para que decidiera seguirlo.

Sin embargo, todo lo que su hermana hizo fue preguntar:

-¿A qué te refieres?

Patrick se dio la vuelta y suspiró secamente:

-Mucha gente (ambiciosa, como tú) haría lo que fuera por conseguir algo como eso.

-Lo que fuera- repitió su hermana-. ¿Cómo qué?

-Como matar- escupió Patrick.

Piper se quedó sin nada que decir. Su hermano veía muchas más películas de ciencia ficción y de aventuras. Seguramente lo habría sacado del argumento de alguna de ellas. ¿Matar por un cachivache? 

-Estás bromeando.

-¿Crees que bromeo? ¿De verdad crees que no hablo en serio? – insistió-. Mira lo que hemos presenciado y no tenemos ni idea de cómo, alguien que de verdad sepa utilizarlo podría hacer maravillas con él. Hemos ido a otro mundo.

-No sabía que creyeras en esas teorías cuánticas.

-¡Deja de hacer de todo una broma!

Patrick se marchó a paso veloz, esta vez ni siquiera se paró a comprobar que su hermana lo estuviese siguiendo, simplemente se alejó de ella con decisión.

-¡No te vayas!

Era tarde.

No sólo se había alejado ya varios metros de ella sino que parecía haber visto algo nuevo.



"La casa de Bill y Fleur... El Refugio... La casa de Bill y Fleur..." pensó Harry para sí mientras perdía de vista la mansión de los Malfoy.

Habían sido unos momentos terribles. Harry no pensaba que fueran a salir todos sanos y salvos de allí... de hecho, no todos salieron sanos y salvos de allí...

-¡Dobby!

El elfo tenía una herida fea en el abdomen, producida por el cuchillo que Bellatrix había lanzado tan solo un segundo antes de aparecerse fuera de aquel horrible lugar.

¿Acaso esa mujer no iba a dejar nunca de matar a sus seres queridos?

-No, Dobby. No te mueras... No te mueras...

Miró a Ron, sostenía a Hermione, que seguía inconsciente, con cuidado.

-Harry... Potter...

Fueron las últimas palabras de aquel elfo libre.



-¿Qué ocurre?- preguntó Piper a Patrick cuando llegó sofocada a su lado.

Patrick sostenía el giratiempo en la palma de la mano, con la cadena enrollada en la muñeca. Se movía de un lado a otro, de izquierda a derecha, pero sobre todo hacia delante. Parecía como si se quisiera escabullir de él.

-Ha empezado a hacer cosas raras de repente.



-¿Ha surgido efecto?- preguntó Ron.

Hermione sacudió la cabeza con pesar y bajó la varita.

-Lo he intentado ya tres veces y no hay manera- suspiró.

-Acabaremos por encontrarlo, ya lo verás- la tranquilizó Ron pasándole una mano por la espalda.

En ese momento Harry Potter entró en la habitación rápidamente, cerrando la puerta tras de sí

-¿Y bien?

Sus dos amigos sacudieron la cabeza y Harry se dejó deslizar por la puerta hasta llegar al suelo. Apoyó la frente sobre las rodillas y las rodeó con los brazos.

-Lo siento tanto, Harry...

-¿Qué vas a hacer con lo de Griphook, Harry?- preguntó Ron para cambiar de tema-. Con lo de la espada.

Lo meditó un segundo.

-Le daremos la espada. Pero no especificaremos exactamente cuándo lo haremos.

Magos&MugglesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora