Sinners. 《Isaac Lahey》[1]

Capítulo 6.

Isaac y yo caminamos escaleras abajo, la madera crujía bajo nuestros pies a medida que descendíamos al sótano.

Parecía que conocía bien la habitación porque estaba buscando un interruptor por la pared, y no tardó mucho en encontrarlo. Oí un click y una bombilla colgada del techo iluminó muy levemente la sala. Era más amplia que el resto de la cabaña, tenía las paredes de hormigón y estaban arañadas, en el suelo había cadenas, cadenas que estaban ancladas a las paredes y en los extremos tenían grilletes. Yo estaba estupefacta ante la visión de lo que había delante de mi.

-¿Qué es esto? -Pregunté.

-La familia de Derek conoce sus raices desde la edad media, algunos miembros pertenecieron a la santa inquisición, guardaron esto como recuerdo, es historía.

-Es siniestro. -Aclaré.

Isaac se encogió de hombros y me miró.

-Siniestro pero historia.

Me agaché y recogí un aro metálico del suelo, no era muy grande pero estaba algo oxidado.

-¿Para que sirve esto?

-Te lo ponían en la cabeza y apretaban los clavos tal que así. -Giró el clavo y la punta se hundió más hacia el centro, en la nada- . Y lo giraban hasta que los clavos te perforaban el craneo, te impide moverte, si lo haces un dolor agudo te recorre todo el cuerpo, supongo que muchos morirían por el oxido y las bacterias de los clavos.

-Dios. Es... Es asqueroso y debe de doler muchisimo.

El solo pensamiento de gente inocente, acusada de brujería muriendo lentamente con estos artilugios me provocó un escalofrío.

Isaac me miró pensativo.

-Iris si no quieres estar aquí nos vamos, solo quería enseñartelo.

-No... No, está bien, me gusta, no me parece bonito pero como has dicho, es historia, y me gusta la historía. Pero... ¿La inquisición no era española? -Pregunté.

-Sí. La familia de Derek provenía de España.

-Claro. Tengo que decirte que has ganado, no tengo miedo pero esto es escalofriante así que... -Isaac no me estaba escuchando, esta mirando a la nada con cara de preocupación-. ¿Isaac?

-¿Oyes eso? -Preguntó.

-No. -No se oía absolutamente nada ahora-. Isaac ¿Qué pasa? ¿Hay algo en la casa?

-En la casa no. Vamonos de aquí ya.

Me cogío de la mano y apagó la luz, encendió la luz del móvil para ver los escalones que subíamos. Salimos corriendo de la cabaña y Isaac se quedó mirandome fijamente cuando llegamos al porche.

-Iris sientate en el banco.

-¿Qué?

-No va a pasar nada, te lo juro, no voy a dejar que te pase nada, estaré por aquí, tengo que encontrar el origen del ruido.

Me estaba asustando verdaderamente, no sabía que pasaba, pero Isaac no estaba calmado y me estaba transmitiendo sus nervios, el hecho de que yo no oía nada lo empeoraba todo. No quería quedarme sola, había muy poca claridad, no quería quedarme sola en una cabaña en mitad de un bosque a oscuras.

Isaac se estaba dando la vuelta para marcharse pero yo le agarré del brazo y le paré.

-Isaac por favor, yo te acompaño pero no me quiero quedar aquí...

Él me llevó al banco y me senté, tuvo que agacharse un poco para que nuestros ojos estuvieran a la misma altura.

-No va a pasar nada, aquí estás segura, probablemente ha sido algún animal, vas a estar bien vale... Estaré de vuelta en unos minutos como mucho, pero no te muevas del banco, te prometo que volveré.