El teléfono sonó en mitad de mi siesta del domingo, aun tenía el sueño acumulado desde el viernes. Había comido pronto para echarme un rato, pero el maldito cacharrito no para de vibrar al ritmo de Stop The World I Wanna Get Of With You de Arctic Monkeys, en otro momento me habría encantado esa canción, ahora mismo era una pesadilla.
Gruñí y alargué el brazo a ciegas, para alcanzar el movil que estaba en la mesilla. Lo agarré y descolgué.
-Iris al teléfono, la persona cuyo sueño ha sido interrumpido te saluda.
-Muy graciosa. ¿Estás lista ya? Estaré en tu casa en quince minutos.
Lo que dijo me sonó a chino, ¿De que narices hablaba?
-¿Eh?...
-El resto ya estarán llegando.
El resto... El... Oh. Abrí los ojos de golpe. Mierda. Ayer dijo que me iba a presentar a unas amigas y habíamos quedado hoy.
Di un salto de la cama y me empecé a quitar el pijama a toda prisa.
-Sí, la quedada. Es verdad.
-Estás lista ya ¿no?
-Sí. Solo me quedan unos retoques y listo.
Si, con "retoque" me refería a ducharme, vestirme y peinarme, todo eso en menos de quince minutos, pero podía hacerlo, claro que sí, ánimo Iris.
Rachel colgó y me metí a la ducha corriendo, me eché champú a toda prisa y lo aclaré, me di el acondicionador y me enjaboné, me aclaré entera y me sequé lo más rápido que pude mientras buscaba la ropa, cuando acabe de vestirme, con un jersey fino color granate de media manga, unos pantalones cortos con unas medias transparentes por debajo y unas botas marrones, ya habían pasado siete minutos, y me quedaba peinarme y lavarme los dientes. ¿Y para que tenía dos brazos? Para tardar la mitad de tiempo. Mientras me cepillaba el pelo me lavé los dientes, me termine de peinar bien y Rachel llamó a la puerta justo cuando dejé el peine en el cajón. Corrí a por el bolso y el móvil y bajé los escalones de dos en dos hacia la puerta. Me paré a respirar antes de abrir, cuando lo hice me encontré con Rachel mirando el reloj.
-Vamos corre, vamos tarde.
-No me hables de correr por favor. -Le pedí.
El local estaba abarrotado de gente a esas horas de la tarde, las chicas eran agradables, muy como Rachel, pero solo hablaban de cotilleos y rumores, los cuales no entendía, muchos eran de cosas que habían pasado hace años y tenian consecuencias ahora, o de personas que no tenía ni idea de quienes eran. Integrarse era dificil, más cuando eres de otro pais, más cuando no puedes hablar porque solo podrías hacerlo de algo sobrenatural que viste dos noches atrás. Yo me limité a responder a lo que me preguntaban, sonreir, asentir, beber mi batido y mirar por la ventana, mientras Rachel cotilleaba con las chicas.
Mirar la ventana desde luego era mucho más facil que socializar, me detenía en cada persona que veía, unos iban charlando, otros tenían prisa, algunas parejas discutían, la calle era un hervidero de vida social, estaba lleno de gente, estuve así durante unos segundos hasta que oí una pregunta dirigida a mi.
-Entonces... En Irlanda debe de hacer mucho frío ¿no? -Dijo una chica llamada Cinthia.
Yo la miré un momento.
-Es diferente a esto desde luego, no es que haga frío, depende de lo que consideres, hace un poco pero en mi opinión tampoco es tanto.
De pronto otra chica llamada Hanna comenzó a hablar de otro cotilleo y yo desconecté de nuevo, no podía centrarme en nada, mucho menos en rumores. Mi mirada se volvió a dirigir al exterior, pero pude distinguir a Isaac entre la gente, me miró fijamente e hizo un gesto con la cabeza para que le acompañara, yo cogí mi bolso a tientas, sin dejar de mirar a la calle.
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Sinners. 《Isaac Lahey》[1]
FanfictionCuando Iris Welsh llegó a Beacon Hills no se esperaba que su vida pudiera cambiar tan drasticamente, aunque bueno... tampoco esperaba conocer a Isaac Lahey. Creía que solo era un pueblo, creía que solo era un chico, creía que solo era un grupo de am...