El fin de semana de me paso volando, como en un pestañear.
Mamá había pedido este fin de semana libre, ya que trabaja todas las horas de todos los días y quería pasar tiempo de calidad con nosotros, así que con lo que teníamos logramos hacer un picnic en nuestro jardín, para morir de la risa.
Y a decir verdad, lo pasamos muy bien, reímos como nunca y hablamos horas y horas, Charlie y Lucy jugaban como si no hubiera un mañana, y el sonido de sus sonora carcajadas era música para mis oídos y los de mi madre.
No serán los niños con más juguetes, ni los que tienen las ropas más extravagantes y caras, o los que estudian en un colegio privilegiado, pero al menos no queda el conforte a mi y a mi madre de que son niños felices, que con lo poco que podemos darles son felices, y eso es todo lo que yo necesito, esa sonrisa en as caras a cada hora del día.
-Lucas, se que te lo digo siempre, y que tal vez estés cansado de oirlo, pero...- hizo una pausa para verme y sonreír cálidamente.- estoy muy orgullosa de ti hijo, y te amo de aquí al infinito, eres uno de los mejores niños que hay en el mundo.
-Gracias mamá, pero tiene que decir eso, soy tu hijo y viene en el manual de padres.- dije sabiendo que la haría reír.- yo también te amo muchísimo mama, sin ti, no se que sería de mis hermanos y yo.
Le di un beso en la frente y me levanté para recoger las cosas de nuestro picnic, o intento de picnic, ya que empezaba a oscurecer.
Después de poner todas las cosas en su lugar nos dedicamos a ver alguna de la viejas películas de mamá.
Lucy se adormitaba cada vez más, hasta llegar al punto en el que cayo sobre mis piernas rendida ante el sueño, y Charlie igual, sólo que en las piernas de mamá, jugué con el cabello de Lucy hasta el final de la película, y luego lleve a cada uno a su cama.
En eso escuchamos el teléfono.
- ¿Aló? - oí decir a mamá.
Ella asintió un par de veces más y colgó para luego soltar un gran suspiro y colocar su cabeza entre sus delgadas manos.
-¿Quien era? - pregunte sentándose a su lado.
- James.- el jefe de mamá.
-¿Qué quería?- pregunte esperando que no fuera lo que estaba pensando.
-Que necesita que vaya mañana porque esta cortó de personal, dijo que si iba me pagaría el doble de lo que me paga normalmente.- dijo sobándose la cien.- No puedo perder la oportunidad de un dinero extra Lucas, lo siento.
- No te preocupes mamá, no hay problema, mañana entonces saldré con los niños a casa de Jackson.- dije forzando una sonrisa, que salió bastante bien a decir verdad.
Mama me dio un beso en la frente y se fue a su habitación, dejando en un susurro apenas audible un "buenas noches".
Me metí a la cama, y mire al techo por un buen rato, bastante largo a decir verdad, pensando en... la verdad, en todo, ¿desde cuándo empece a usar esta máscara? ¿desde qué mi padre de fue? ¿qué paso conmigo? Mi padre nos abandono cuando tenia 6 años, era un alcohólico, y un día recuerdo vagamente que le hizo daño físico a mi madre, y ahora que soy mayor me doy cuenta de que no sólo fue daño físico, también psicológico.
« Tenía 6 años, estaba en el suelo con mi espalda contra la puerta, escuchando los gritos de mi padre, decía palabras que mi madre me prohibía decir, decía que eran groseras, pero si eran malas ¿por qué mi padre se las decía a ella? no tiene sentido. Un fuerte ruido hizo que mi corazón se acelerara, el sonido de una botella partiendose en millones de pedazos, ¿qué sucede? las peleas de mamá y papá eran típicas, o bueno, de papá solamente, mamá solo lloraba, pero aún así, nunca había botellas rotas. Esto me asusto, recuerdo haber abierto lentamente la puerta y asome un poco la cabeza, esperando que no me vieran. Mamá estaba en el suelo, sangrando por la frente y llorando, sus manos temblaban, "¿qué le sucede a mamá?" era lo único que me preguntaba»
Me desperté sudando, otra vez este maldito sueño, persiguiéndome noche tras noche.
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En manos del destino
RandomUna historia que cuenta, como dos jóvenes tan diferentes como el verano y el invierno, están destinados a estar juntos, por muy difícil que sea, sin importar los obstáculos que les ponga el destino. Por más irónico que suene que el destino los quier...