Lucas

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~Lucas~

Me entregaron mi papel en psicología y lo metí en mi bolso, me daba igual lo que hubieran escrito ahí, sonó el timbre y salí.

Después de almorzar fui a Matemáticas y a Biología.

El día se paso literalmente rápido, gracias al cielo, así que tome mi bicicleta y me dirigí a mi casa.

No me tomo más de 5 minutos llegar, ya que quedaba literalmente cerca, deje la bicicleta afuera ya que saldría de nuevo.

Al abrir la puerta me recibieron los niños más tiernos del mundo.

-¡Lucas! Te extrañe mucho. - dijo mientras saltaba para guindarse de mi cuello.

-Pero si me viste esta mañana Lucy.- dije riendo y abrazándola.

-Yo la cuide muy bien Lucas.- dijo Charlie sonriendo orgulloso.

-Estoy muy orgulloso de ti Charlie, si sigues así te comprare una chupeta.- dije revolviendo su rubio cabello.

Sus ojos se abrieron al oír esa palabra, y su sonrisa se hizo más grande que nunca.

-¡CHUPETAAAA! - grito Charlie mientras corría por el patio y finalmente se abrazó a mi pierna.

-Gracias Lucas.- dijo sin soltar mi pierna.

-¿y a mi me comprarás Lucas?.- dijo haciendo puchero.

-Claro Lulu.- dije riendo.

Los abrace a ambos, y entre a casa.

Comí lo que mama me había dejado en la nevera, me bañe y me puse el uniforme.

-Chicos ¿ya están listos?.- dije mientras abría la puerta.

Los dos salieron corriendo y riendo del cuarto.

-Si Lucas.- dijeron ambos entré risas.

-Buenos vamos, que Jackson los esta esperando.- dije mientras tomaba mi bicicleta y caminaba tomando la mano de Lucy y ella la de Charlie.

Jackson es mi mejor amigo, a decir verdad el único, conoce mi situación, y se ofreció a cuidar a Lucy y a Charles cuando yo este trabajando y mama no este en casa.

Deje a los chicos con Jackson y me monte en la bicicleta y salí al restaurante en el cual trabajaba.

Llegue 10 minutos tarde, así que supuse que el Sr. Roberts estaría ahí para recordármelo.

Y ahí estaba, al lado de la puerta esperándome.

-10 minutos tarde Sr. Lawler.- dijo tocando una y otra vez su reloj.

-Lo se Sr. Roberts, y lo siento, estaba dejando a mis hermanos para que un amigo los cuidara, no volverá a pasar.- dije sin apartar la mirada de sus ojos.

-Esta bien muchacho, que no se repita.-dijo tocando mi hombro.

El día estuvo agitado, venían muchas personas, algunas del colegio, así que tenía que ponerme la máscara del "niño malo" cuando los veía.

En una mesa se sentaron los "populares" y Marcy estaba ocupada así que yo tuve que atenderlos.

-Buenos días, bienvenidos a Cheesy Burguer, ¿qué puedo ofrecerles?.- dije con una cara totalmente seria.

-Hola, espera...¿tu no eres el chico que estudia en nuestra escuela? ¿por qué trabajas?.- dijo la rubia con la voz baja y temblorosa.

-¿Vinieron a comer o a hacerme un cuestionario?.- dije más serio todavía.

-Si, si, la comida, cierto.-dijo con sin verme a los ojos.

Hicieron su pedido y lo lleve a la cocina.

Y así paso el día, como todos los días, ir a la escuela, ver a los chicos e ir a trabajar, para volver a casa y hacer las tareas y ayudar a mama en la casa.

En manos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora