¡¡Vamos a ser papás!!
Cuando ingresó al edificio saludó como de costumbre al guarda de seguridad, luego fue hacia su oficina y desde la puerta asintió hacia la muy curiosa secretaria, luego ingresó a la oficina de Ellis y le encontró bien acompañado, estaba con la modelo castaña de siempre, quien cómodamente se encontraba sobre su regazo restregándosele.
Oficialmente odiaba a esa mujer; era bonita, pero no tan inteligente para darse cuenta de que Ellis no la quería más que para un par de noches, el joven, le suplicó nervioso con la mirada a Marcela para que hiciera algo y ella negó con la cabeza.
¡Le faltan... pelotas!
—Nena... ¿Será que te bajas del regazo de Ellis y te vas necesitamos hablar?—La mujer le observó y rodó los ojos, luego zafó sus manos del cuello de Ellis y le miró de mala manera, recorrió con sus ojos a la socia del muchacho y le dijo:
— ¿Será que alguna vez tocas antes de entrar? Pudimos haber estado desnudos.
— Vamos, Cristina bájate ¿Si?—Pidió Ellis agotado por la insistencia.
— Solo si cenas conmigo—Hizo un puchero como una niña malcriada.
Marcela se dedicó a mirarle con desprecio, además, retó con la mirada a su nuevo—casi— novio y se dio cuenta de nuevo que su mayor problema era ese «No son novios, solo salen y tendrán un b...», le había insistido tanto y ella se había negado en reiteradas oportunidades, por lo que sin duda, no podía exigir.
— Tengo una cena con alguien más importante —La mujer le besó la mejilla y salió de sus piernas.
— Bueno, si te arrepientes sabes mi dirección — Se acomodó la ropa y le dejó otro beso sobre la comisura de los labios, pasó al lado de la mujer y le susurró. —Fue un gusto verte Mariela — Marcela rodó los ojos y fue a tomar asiento, Ellis palmeó sus piernas para que ella se sentaste y negó completamente con la cabeza.
— ¿Qué vas a preparar?
— ¿Qué se te antoja?
— Pollo frito con patatas. — Marcela negó con la cabeza y luego se puso en pie.
— Lomito al horno con verduras al vapor.— Será... Te amo.
— Nos vemos luego.
La mujer se apresuró en llegar al supermercado y en cuanto lo hizo casi se descompone al ver la carne roja, le provocaron unas fuertes náuseas y un dolor de cabeza inusual, tomó un par de bandejas de pollo y las metió con las patatas, también unas cervezas y unas bebidas naturales.
— ¿Me invitas a la fiesta? — Ella sonrió y saludó a la pelirroja hermana de Ellis, quien estaba acompañada de su madre; la joven mujer se hacía una coleta, entonces Marcela visualizó a un pequeño con el cabello rizado como Ellis y el color rojizo de su abuela o su tía.
— Marcela ¿estás enferma? — Preguntó Vale preocupada.
— Cansada, pero voy a dormir— Respondió.
Las mujeres se despidieron y cada quien siguió con sus compras.
Marcela no tardó en llegar a su departamento y fue directo al baño, desechó todo el vómito que tenía en su boca y luego de enjuagarse tomó las pruebas que había realizado esa mañana.
¡Sería mamá!
Solo esperaba que la reacción de Ellis no fuese exagerada o hiriente, al final tenían un negocio juntos y tendrían a ese bebé que no debía ninguno de los apasionados errores de sus padres. La joven acomodó su habitación, su baño, los limpió un poco y cambió la ropa de cama, luego recogió la salita y finalmente la cocina antes de Marinar el pollo y las papas.
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Socio, ¡tendremos un hijo! Completa en DREAME
RomanceMarcela lo ha logrado todo profesionalmente, es una mujer guapa, inteligente y premiada por su trabajo, sin embargo, tras dos fracasos matrimoniales se pone a pensar que el tiempo apremia y con la llegada de sus treinta y ocho años es mejor que se p...